Una plantilla de apenas quince policías para casi 20.000 personas. Este es el panorama al que deberá enfrentarse el cuerpo municipal de seguridad durante este verano. Unos efectivos a todas luces insuficientes para la masificación prevista para los meses de julio y agosto en la Colònia de Sant Jordi; un crecimiento exponencial de población que se acentúa incluso durante las fiestas del núcleo costero, que pasa de los 2.000 habitantes censados a multiplicar la cifra por diez. Es por ello que el Ayuntamiento ya ha pedido ayuda urgente a la Guardia Civil a la hora de realizar un mayor control.

"Si municipios como Campos o Santanyí, por ejemplo, disponen de una treintena de policías locales con poblaciones de 10.000 habitantes, nosotros que en verano los doblamos, solo tenemos la mitad", recuerda el alcalde saliner, Bernat Roig, quien reprocha a la Ley Montoro la imposibilidad de crear nuevas plazas fijas. A ello hay que sumar que uno de los agentes está actualmente de baja y otros dos son de segunda actividad, lo que se agrava a la hora de pasar a la acción, puesto que los doce restantes se organizan evidentemente por turnos.

Para tratar el problema el ayuntamiento de ses Salines ha convocado una Junta Local de Seguridad (que no se reunía desde el año 2009), para establecer las líneas a seguir en materia de seguridad para esta temporada 2017. Los representantes de los cuerpos y fuerzas de seguridad estatales, además de analizar la temporada pasada, han puesto sobre la mesa los principales problemas que sufre el municipio, sobre todo en verano y en zona costera, donde la población flotante aumenta considerablemente.

Según ha explicado el jefe de Policía Local, Antoni Felani, "el mayor problema es la masificación que hay en la Colònia y la falta de efectivos necesarios para atender a tanta gente". "Con todo, consideramos que los límites de delincuencia se van controlando bastante bien, sólo cabe destacar un ligero incremento de temas relacionados con la violencia de género", recuerda. "De cara a la temporada actual, se continuará con las líneas marcadas para controlar posibles robos, inseguridad ciudadana y venta ambulante".

En este sentido, el alcalde Bernat Roig, ha pedido a la Guardia Civil que incremente la vigilancia y ha hecho especial referencia al control en el consumo de alcohol y estupefacientes durante las fiestas de verano: "Es un tema que nos preocupa y queremos tener controlado en todo momento".

También se ha puesto de manifiesto el gran esfuerzo que lleva a cabo la Policía Local "para hacer frente de manera independiente en todas las emergencias, controles y actuaciones durante las 24 horas del día, siete días a la semana, y en meses en que la población y el número de visitantes se dispara considerablemente". Por lo que el alcalde pide más frecuencia en la colaboración entre la Guardia Civil y la Policía Local. Hace dos temporadas ya se alcanzaron las 13.000 personas en verano, 4.000 menos que el año pasado.

En la reunión se ha recordado también el convenio firmado entre el Ayuntamiento y la Guardia Civil en el año 2008, para la construcción de un nuevo cuartel de la Benemérita en el lugar donde ya existía un destacamento, derribado hace unos años.