El ayuntamiento de Sóller descarta afrontar la remodelación integral del colegio público ses Marjades después de que un demoledor informe técnico haya detectado numerosas deficiencias estructurales en el edificio que alberga la secretaría del centro. Como medida cautelar el municipio ha colocado barreras para crear una franja de seguridad para que los escolares no corran riesgos.

El alcalde Jaume Servera afirmó ayer que el municipio "no tiene recursos para afrontar la reforma" de ses Marjades, en tanto que "a la práctica sería el equivalente a una rehabilitación integral de todo el centro". Servera se mostró reacio a que el ayuntamiento asuma el coste de la obra "porque no estamos hablando de tareas de mantenimiento, sinó de obras de calado".

Por ello Servera cree que quien debe asumir la reforma es la conselleria de Educación del Govern o el Consell de Mallorca. De esta última institución recordó que meses atrás su presidente, Miquel Enseñat, hizo una visita a este centro y prometió crear una línea de ayudas para potenciar las escuelas unitarias de la Serra. Por ello, Servera cree que ahora debe ser el Consell quien cumpla con lo prometido con padres y docentes de Ses Marjades.

Sin patio

Con el precinto de parte de las instalaciones, el colegio se ha quedado sin patio para sus alumnos, por lo que el alcalde ha autorizado que hasta final de curso los alumnos puedan utilizar el campo de fútbol de Can Maiol. El campo de deportes está en una zona cercana al colegio, aunque obliga a los alumnos a desplazarse a pie.

El centro educativo tiene una matrícula de poco más de 20 alumnos y para el próximo curso sólo se han matriculado tres niños. Ses Marjades se define como ecoescuela que aplica la enseñanza holística.