Todo el asfalto que recubra el nuevo desdoblamiento de la carretera entre Campos y Llucmajor (Ma-19) deberá ser fonoreductor, es decir, especialmente diseñado para que el paso del tráfico rodado no cause un impacto sonoro elevado sobre las viviendas más cercanas a la vía. Así lo estipula el último informe de impacto ambiental redactado por los técnicos de la Comisión de Medio Ambiente del Govern (CMAIB), que apunta también que deberán protegerse con pantallas acústicas a todas aquellas viviendas donde se superen los límites permitidos por la legislación vigente en cuanto a decibelios.

Este asfalto especial es menos denso y más poroso que el habitual y permite reducir entre un 50 y un 75% el ruido provocado por el paso constante de vehículos. Ya utilizado en ciudades como Valencia o Sevilla, su particularidad radica en la absorción de decibelios provocada por la granulometría empleada (los diferentes tamaños de áridos utilizados) y el porcentaje de betún, plásticos y neumáticos usados. Se considera que un asfalto es fonoreductor cuando la bajada del ruido de rodadura es de al menos tres decibelios. Sin embargo al ser más poroso necesita mayor mantenimiento, sobre todo si debe soportar el paso de vehículos pesados.

Por otra parte la CMAIB propone al Consell la reducción de la mediana a la mitad, con lo que pasará de los seis a los tres metros de amplitud durante los 8,8 kilómetros de la traza; la substitución de los viales de servicio de siete metros de anchura por caminos paralelos a ambos lados de 5,5; o la supresión del enlace elevado de Son Gabriela, de unos cien metros de diámetro. Asimismo se elimina uno de los cuatro pasos inferiores, el que queda a 1,1 km de Llucmajor y a propuesta del alcalde, dado que ha resultado no justificada su necesidad y se evita así un consumo de territorio de 1,4 hectáreas.

Menor consumo de territorio

La modificación del proyecto de desdoblamiento Campos-Llucmajor supone, respecto al inicial de 2013, una reducción además de la ocupación total de 56 a 51,7 hectáreas, de la superficie a expropiar de 35,1 a 32 hectáreas, de volumen de terraplén (de los 431.044 a los 246.000 metros cúbicos) y del de desmonte (de los 166.558 a los 130.076 metros cúbicos). Lo que permite evitar que la vía afecte a la balsa de Son Sala.

A finales del pasado mayo la CMAIB emitió un dictamen favorable a las modificaciones técnicas previstas por la dirección general de Carreteras del Consell, para dar luz verde al desdoblamiento de la polémica carretera. Una obra que podría ser licitada e iniciada entre finales de año y principios de 2018, más de cuatro años después de la presentación del proyecto original, en 2013, durante el Govern Bauzá. Ahora estas modificaciones, publicadas ayer en el Botlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB), deberán ser trasladadas por los técnicos a los planos, para que el desdoblamiento pueda aprobarse de forma definitiva, y se pueda abrir un periodo de exposición pública de las expropiaciones. La publicación del informe favorable de la CMAIB da luz verde a un proyecto de 40 millones de presupuesto.