El sábado es día de mercado en la plaza de Alaró, pero la jornada de ayer no se vivió como un día cualquiera entre un grupo habitual de vendedores. Y es que los placers senegaleses se organizaron durante la mañana para abandonar sus puestos de venta unos pocos minutos cuando bajara de la Sala el primer alcalde negro de Mallorca.

Así que sobre las doce y media del mediodía y cuando Guillem Balboa se disponía a descender las escaleras del Ayuntamiento tras ser proclamado alcalde, el grupo de vendedores se reunió y juntos se acercaron para abrazarle, felicitarle y para susurrarle al oído que sentían un enorme orgullo por él. Ese fue uno de los momentos más especiales para Balboa en una mañana en la que se sucedieron las muestras de apoyo, las fotos en grupo, los selfies y las lágrimas de emoción.

Tanto la entrada a la sala de plenos como el momento de pisar la plaza del pueblo fue para Balboa lo más parecido a las escenas de equipos de fútbol que tras ganar una copa recorren las instituciones para mostrar el trofeo entre gritos y ovaciones. Y es que la sala de actos del consistorio estuvo repleta como nunca de incondicionales dispuestos a vitorear el triunfo de la nueva alcaldía para Més desde el minuto cero de partido. La entrada de Balboa desató la euforia en forma de aplauso, pero el momento más multitudinario fue cuando bajó a pie de calle y le esperaban más de un centenar de personas para jalearle gritando " batle, batle".

El poder de convocatoria de Més per Mallorca fue absoluto, quedando claro que después de tiempos complicados, nada mejor que una buena celebración para 'resetear' el sistema y afrontar la segunda parte de la legislatura con nuevos ánimos. Algunos observadores comentaban que en los congresos de Més igual no coinciden tantos cargos y militantes como ayer en Alaró, y es que sería más fácil dar la lista de los que no estaban que de los presentes: Biel Barceló, Miquel Ensenyat, Kika Coll, Joan Font, Vicenç Vidal, Toni Noguera, Fina Santiago, David Abril, Margalida Capellà, Antoni Reus, Bel Busquets, Joana Campomar, Neus Truyols y muchos más, además de todos los alcaldes de la formación y muchos representantes locales.

Rumores infundados

La semana de espera se había hecho larga tanto para los más ilusionados con el cambio de alcaldía como para los que no deseaban para nada ver a Balboa con la vara en las manos. Pocas horas antes del relevo todavía había quien preguntaba por la calle "¿pero seguro que tendremos un alcalde negro? Porque a mí me han dicho que puede haber sorpresas". Y es que Balboa ha sido desde hace meses el protagonista de una 'leyenda urbana' que decía que en el último momento renunciaría al cargo. Pero el rumor -y la gran esperanza blanca para sus adversarios- al final se esfumó.

Otro grupo que andaba con la mosca tras la oreja era un sector de gente cercana a Més que criticaban que todos los titulares de prensa hayan destacado que Balboa es un alcalde negro. Para esta gente esta afirmación tiene un algo de racista, ya que vivimos en una sociedad que, según ellos, ha superado el tema y lo vive todo con absoluta normalidad. Aunque, si hay que ser sinceros, la movilización ayer de cargos de Més si algo evidenció fue que no era precisamente un día cualquiera.

Las votaciones no arrojaron sorpresas -aunque el concejal del PSOE Roger Andrews quiso dar la nota de humor con una pausa dramática antes de decidirse- y Balboa fue proclamado alcalde.

En su discurso tuvo emocionadas palabras para su socia y amiga Aina Munar, quiso saludar a la colla de manacorins familiares y amigos de su mujer Maria Bel, y acabó recordando unos consejos de su abuela en un momento difícil de su vida: "Confía y procura". Y en poco menos de media hora se dio por finalizada una sesión que el nuevo alcalde culminó, ya fuera de guión y ante el intenso calor del día, recomendando que había llegado el momento de "abrir las ventanas y salir a disfrutar del pueblo". Toda una declaración de intenciones.

Guillem Balboa, nuevo alcalde de Alaró, se presenta

Guillem Balboa, nuevo alcalde de Alaró, se presenta