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El disimulo del miedo al descontrol

El disimulo del miedo al descontrol

Es miedo escénico y temor al fracaso. El Govern no sabe muy bien qué hacer y se espanta ante la posibilidad, nada descartable, de que es Trenc se le escape de las manos. Por eso actúa desde la provisionalidad y con premura sobrevenida para habilitar el desvestido parc natural de la zona.

Existen demasiadas presiones, exceso de intereses y permanentes miradas sobre un Trenc exprimido en su fragilidad y cuya salvaguarda no es solo responsabilidad de la Administración. Pero, por otro lado, no es menos cierto que el litoral insignia de Mallorca ya estaba provisto de otras figuras de protección que han tenido suerte desigual en su aplicación, con lo cual, la declaración de Parc Natural, puede ser una herramienta más, pero no una panacea salvadora por sí sola. Su efecto real se verá cuando se disponga del plan de usos y se vea el método de utilización.

La precipitada visita de las autoridades ayer, con la nueva declaración parlamentaria todavía fresca, tiene bastante de exhibicionismo y maquillaje de provisionalidad. La limitación de aparcamientos y los acuerdos con la propiedad sobre restitución de terrenos son una solución parcial. En es Trenc hay demasiadas cosas a la intemperie de la regulación, como el polo de sa Barralina de legalización arriesgada.

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