Ayer se vivieron las últimas ferias de esta primavera, al menos en su formato diurno. Patente quedó que a partir de ahora, el ansiado sol en la citas otoñales se convierte en una molestia más que en un atractivo. Las ferias parecen haberse tornado la panacea de los ayuntamientos para reactivar su actividad promocional y económica. Estos últimos años se ha visto un gran renacer de estas citas.

SelvaUna feria coquetona en torno a las hierbas

La feria de les Herbes de Selva, que no es su feria tradicional, pero que le ha ganado en popularidad, congregó ayer una buena cantidad de público. El sol fue protagonista, pero por su exceso. Cabe destacar que el primer puesto que se encontraba el visitante a la llegada a la plaza era precisamente uno que vendía sombreros. Fue un acierto en la estrategia de colocación.

Este año la organización redujo el espacio ferial circunscribiéndolo casi exclusivamente a la plaza. Esto dio la sensación de que había más visitantes, pero a la vez también agobio en ciertos momentos.

A media mañana se celebró el tradicional baile de s'Estol de les Herbes, unos cabezudos que representan a diversos personajes de la rondalles, que tienen que ver con hierbas medicinales o aromáticas. Entre tanto hervía el alambique en el que un año más se destiló el 'aigua de murta' bajo la atenta vigilancia de Antoni Torrens y Joan Carles Amengual.

PórtolLos 'ollers' celebraron la XX edición de la Trinitat

La fiesta de la Trinitat, patrona de los alfareros, ha cumplido este año los veinte años de llevarse a cabo, una vez recuperada por los vecinos de la calle Trinitat de Pòrtol. Allí se halla la capilla que da nombre a la calle y que fue instalada en el año 1899. Fue realizada por Bartolomé Amengual i Nadal como se puede ver en la placa del año de su instalación. Hoy en día sus descendientes todavía regentan la ollería de Can Vent, la más antigua del pueblo y situada a escasos metros de la capilla.

El motivo de la recuperación de la fiesta, era celebrar el centenario de la instalación de la capilla, y efectuar un triduum hasta el año 1999. La fiesta no ha perdido su tradición popular, y su programación, el sábado anterior constó de: correguda de joies y cucanyes. El domingo por la mañana se efectuó el engalanado de la capilla y de la calle por los mismos vecinos. Y a las ocho de la noche tuvo lugar la celebración de la Eucaristía debajo de la capilla.

Posteriormente hubo un refrigerio gratuito con las coques tanto dulces como saladas que aporta de manera desinteresada el pueblo de Pòrtol. Para finalizar la jornada se ofreció ball de bot.

Este año y con motivo del XX aniversario, actuó de nuevo Al-Mayurca, el primer conjunto que actuó en la fiesta de manera desinteresada hasta la muerte de su fundador, Antoni Roig.

Son ServeraCoincidencia de la 'Nit de l'Art' con el 'Firó' nocturno

Son Servera celebró el sábado la Nit de l'Art, que en esta ocasión coincidió con su Firó nocturno y la mañana del domingo la tradicional Fira. Como viene siendo habitual en las últimas ediciones, el Firó tiene más adeptos que la Fira, que se mantiene, pero no con tanto éxito como el que tiene la versión nocturna. Así, al coincidir el Firó con la Nit de l'Art se propició que se aglutinase gran cantidad de oferta cultural junto con la gastronómica. Ello hizo imposible poder ver toda la oferta cultural, aunque el teatro breve de autores locales, con temática local, que esta vez tuvo alusiones al Caso Maniquí o que permitió que dos actores, regidores socialistas, uno de Capdepera y otro de Son Servera, formasen pareja en una obra, junto con la interpretación de música swing de la banda de música con la colaboración de vocales como Kenny López, Marisa Rojas o Pep Alba, que destacaron en la velada. Aunque el concierto con mayor emotividad resultó el que dedicaron un grupo variado de músicos a la formación Anegats, que lleva tres años disuelta y que en esta noche se volvieron a juntar para agradecer el gesto, con la interpretación, juntos de nuevo, de unas cuantas canciones.

Y ayer, turno de la Fira, sobresaliendo un estand de cocinar sopas mallorquinas a la vieja usanza. En total, 5 kilos de sopas, 12 coles y 3 kilos de carnes, que sirvieron de degustación para los visitantes. Tampoco faltaron las tradicionales exposiciones de herramientas antiguas, animales y este año la representación de como se extraía el agua de los pozos con una sínia. A su vez, exposición de Bonsai, motos antiguas, representaciones de juegos antiguos y expositores de maquinaria agrícola completaron la mostra de este año.

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Las últimas ferias antes del verano