De los cambios de alcaldía que ha vivido Son Servera en las tres últimas legislaturas, este quizás haya sido el más extraño. Si siempre la renuncia se hacía en el mismo día de la investidura del nuevo alcalde, en esta ocasión ha habido casi una semana de diferencia. Hecho muy comentado en los preámbulos de la investidura de Servera.

Al coincidir con el día de la Nit de l'art y la Fira nocturna provocó que hubiera muchos operarios transportando material, entre ellos instrumentos musicales, lo que levantó algún que otro comentario de los asistentes, especulando si habría fanfarria al finalizar el acto. Finalmente no hubo fanfarria ni tan solo piscolabis, como pedían algunos.

El reducido aforo que tiene la sala de sesiones del consistorio serverí propició que ya estuviera llena poco antes de comenzar la sesión extraordinaria, por lo que los políticos foráneos tuvieron que conformarse con estar de pie en el fondo de la sala, imagen poco habitual en estos casos. Y hoy domingo se celebra precisamente la tradicional Fira.