La consellera de Salud, Patricia Gómez, visitó ayer la Unidad Básica de Cala Millor para comprobar cómo han quedado las obras de reforma y ampliación realizadas durante los últimos meses. Se ha aprovechado el piso superior cedido por el ayuntamiento de Son Servera, que ha asumido los gastos de ampliación para su acondicionamiento como centro sanitario. También ha instalado un ascensor para pacientes con movilidad reducida. Por su parte, el Servicio de Salud ha dotado a la Unidad Básica del mobiliario clínico y equipamiento informático.

De esta forma en el piso de arriba, cuya superficie es de 105 metros cuadrados, se han habilitado dos consultas y una sala polivalente, además de las seis de que disponía la planta baja. Con esta ampliación se da respuesta a la falta de espacio para poder atender a los pacientes con más comodidad, una necesidad planteada desde hace tiempo.

Gómez recordó que estas obras forman parte del Plan de Infraestructuras de Atención Primaria que ha puesto en marcha el Servicio de Salud, para mejorar y renovar la planta autonómica de centros de salud y unidades básicas de salud de atención primaria. Este Plan, dijo ayer, supondrá invertir 16 millones de euros en actuaciones de reforma o nueva construcción en trece centros de salud y diez unidades básicas.

La Unidad Básica de Cala Millor depende del Centro de Salud de Son Servera y atiende a una población de unos 6.363 usuarios (5.350 adultos y 1.013 niños). En la actualidad trabajan en la misma tres médicos especialistas en Medicina Familiar, un pediatra, dos enfermeras y dos auxiliares administrativos. Aunque a partir de la ampliación de la UBS se prevé contar con otro médico de familia a tiempo parcial y otra enfermera también a tiempo parcial para mejorar la asistencia a la población.

Los profesionales de la Unidad Básica de Salud de Cala Millor atendieron el año pasado 12.250 consultas, 7.244 consultas de medicina de familia, 3.848 de enfermería y 1.158 de pediatría.

La cartera de servicios ofrece además programas de atención domiciliaria; extracciones de sangre y analíticas; control de anticoagulación oral; programas de atención a enfermedades crónicas o un programa de salud infanto-juvenil.