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Triste aniversario

40 años sin que el tren llegue a Artà

Se cumplen cuatro décadas de los dos accidentes que acabaron provocando la clausura de la línea ferroviaria del Llevant de Mallorca

Imagen del momento en que la grúa levanta el tren descarrilado cuatro días antes, en junio de 1977.

Es jueves por la tarde del 2 de junio de 1977. Catalina Mascaró, de 62 años, conduce tranquilamente su coche entre Petra y Manacor. A su lado se sienta Andreu Riera, de 48 años. El día está nublado, por lo que es preferible llegar a casa lo antes posible. En el kilómetro 51 la carretera se cruza con la línea de tren que parte de Palma y llega hasta Artà. A lo lejos se oye como el convoy, el automotor Ferrostalh número 2008 de la FEVE, se va aproximando... pero en el momento de llegar a la altura del paso a nivel algo falla: al vehículo parece que le cuesta avanzar al tiempo que el ruido de la locomotora se va aproximando. Está ya demasiado cerca... el choque es inevitable. El tren se los lleva por delante y ni el conductor puede evitar que descarrile de forma brusca, ni el accidente el cierre de la línea entera.

El copiloto fallece por el impacto, mientras que Mascaró sobrevive aunque con graves heridas en todo el cuerpo. La FEVE decreta la suspensión de los trayectos de la línea hasta nueva orden. Pasado el fin de semana, por fin una grúa logra avanzar contra el barro, levantar la máquina y dejarla nuevamente sobre los raíles.

La poca inversión llevada a cabo, la bajada de pasajeros y la poca seguridad hacen que la compañía tome una decisión: clausurar indefinidamente la línea, en teoría por "falta de material móvil" con que hacer el trayecto tras el accidente y la avería. Es el 20 de junio de 1977, dos años antes de que se cumpliera el centenario desde que la primera locomotora llegara a la estación de Manacor en 1879. Hasta 2003 la capital del Llevant no logró recuperar el servicio. En Artà aún no lo han vuelto a ver.

Günter Hammer, el accidentado alemán que pudo contarlo.

En 1981, cuatro años más tarde, la FEVE emitió un informe esclarecedor: "El 2 de junio de 1977 se suspendió el servicio desde Empalme-Artá a raíz del accidente mortal, producido al chocar con un vehículo un automotor en un paso a nivel entre las estaciones de Petra y Manacor, que produjo el descarrilo del automotor e interceptación de la vía, prolongándose esta suspensión provisional hasta hoy, utilizándose como excusa para la suspensión el mal estado de la vía y la falta de material", según recordaban ayer Ferrocaib y la asociación Amics del Ferrocarril de Balears.

El otro accidente

Pero aunque fuera el último, ese no fue el único accidente del tren con un coche ese año. El ciudadano alemán Günter Hammer pasaba por la carretera entre Son Servera y Artà un domingo cualquiera de 1977 cuando todo ocurrió. Hace ahora 40 años alquiló con su mujer y otra pareja, un Fiat 124 para visitar a unos amigos en Artà.

La historia del alemán que ayudó a acabar con el tren del Llevant empezó con una avería. El grupo emprendió su camino de Palma a Campos para visitar el mercado. "Allí nos dimos cuenta de que no había rueda de recambio y que estaba rota la marcha atrás". Pero no querían volver a Palma y decidieron continuar.

Cerca de Artà llegaron a un paso a nivel sin barrera. De repente, desde la derecha, Hammer vio como se aproximaba un tren a casi 40 kilómetros por hora. Frenó en seco, tanto que acelerar después ya no fue posible. Dar marcha atrás tampoco era una opción, "¡Agarraos que viene el tren!", dijo el alemán al verlo encima. La locomotora se estampó contra el vehículo y no se detuvo hasta pasados cien metros. Agarrado al freno de mano, comprobó que ya no quedaba nada de la parte delantera.

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