El coste de la utilización de biomasa es lo que la hace atractiva a pesar de la incomodidad de necesitar más espacio de almacenaje que el gas o el gasóleo. "El precio de una tonelada de triturado de pino, por ejemplo, es de ocho euros. Si calculamos que el gasóleo se paga a unos 80 céntimos el litro y aunque se pagase a 60, nos sale un precio entre 600 y 800 euros la tonelada. Es muchísima diferencia". Oliver apunta que "lo que se necesita es implicación de la administración para potenciar el uso de esta materia. No digo que sea menos contaminante que el petróleo o el gas, pero tiene la ventaja de que la producimos en nuestros bosques, no hay que ir a buscarla al extranjero y no pagamos aranceles".