¿Se imagina si al lado de su casa vive una familia con perros que se pasan el día ladrando y son peligrosos? ¿Y si además los vecinos tienen la costumbre de celebrar fiestas todos los fines de semana con la música a todo volumen? Esta indeseable situación es la que atraviesa una familia de la urbanización de es Garrovers (Marratxí), cansada de denunciar los excesos de la gente que reside de forma irregular en una vivienda unifamiliar anexa a la suya sin que por ahora ni el ayuntamiento de Marratxí ni la entidad bancaria propietaria de la vivienda hayan intervenido para poner orden.

Según explican los denunciantes, los vecinos 'okuparon' la vivienda hace tres años, después de que el anterior propietario, un empresario de la zona, fuese desahuciado por falta de pago. El inmueble, según añaden, pertenece actualmente a una entidad bancaria, si bien todavía no se ha formalizado la escritura de adjudicación en los juzgados.

Hartos de poner denuncias en el Ayuntamiento sin ninguna solución, los afectados solicitaron hace unos meses un informe sobre las actuaciones realizadas por el negociado municipal de Medio Ambiente en relación al inmueble 'okupado' de es Garrovers. El documento elaborado por el Consistorio de Marratxí, firmado por el técnico municipal de Medio Ambiente, no deja lugar a dudas sobre el carácter problemático de los residentes: acumulan expedientes sancionadores que superan los 65.400 euros, la mayoría de ellos relacionados con los perros.

El informe, al que ha tenido acceso este diario, incluye una multa de 36.000 euros de noviembre de 2016 por "música con volumen elevado y exceso de ladridos de perros", y otra de 21.300 euros por diferentes infracciones en materia de animales de compañía que incluyen la "agresión a una persona", por la que se ordenó la "retirada preventiva" del perro, "potencialmente peligroso". No obstante, la familia denunciante asegura que el animal ya vuelve a estar en poder de sus dueños.

Además, los infractores acumulan también otras dos multas de 6.000 y 1.500 euros por "exceso de ladridos" y por "música con volumen elevado", respectivamente. El historial se completa con otras cuatro sanciones de 150 euros cada una por el ruido generado por los canes.

Los afectados tienen previsto denunciar la situación ante la entidad bancaria para que inicie los trámites del desahucio de los vecinos ruidosos, que "acaban de instalar un generador para tener electricidad, por lo que emiten todavía más ruido", apuntan las fuentes. "No tienen dinero para alquilar una casa de forma legal pero sí para comprar un generador", lamentan.

Versión municipal

El ayuntamiento de Marratxí admite la existencia del problema, pero lamenta que no tiene competencias para bloquear las cuentas corrientes de los infractores morosos. La concejala de Medio Ambiente, Cristina Alonso, ratificó ayer que "existen expedientes abiertos que superan los 50.000 euros de sanción tanto por la tenencia de perros peligrosos sin licencia como por las fiestas que durante los fines de semana se celebran sin autorización".

La concejala corroboró que la Policía Local acude cuando lo requieren los vecinos, pero añadió que "tiene las manos atadas por la Ley, que les impide entrar en los edificios 'okupados' sin una orden judicial". La casa fue 'okupada' en el año 2014. Los inquilinos actualmente no residen en la vivienda de manera continua, pero siguen organizando fiestas los fines de semana. Los perros sí viven en la vivienda de forma permanente.

Alonso añadió que "prácticamente cada fin de semana hay una denuncia" y que la Guardia Civil inició los trámites judiciales para el corte de la electricidad, aunque "pusieron una alternadora para continuar las fiestas". El Consistorio también cortó el suministro de agua a la conflictiva vivienda hace unos meses.