Además de turísticamente hablando, la playa de Cala Millor es una de las más fotografiadas de Balears. Solo a nivel científico se realizan cada hora 4.500 instantáneas, imágenes clave que permiten a los técnicos del Sistema de Observación Costero (SOCIB) tener controlada y saber cómo se desplaza la línea de costa de la playa.

Esta intensa tomografía se viene realizando desde hace siete años, desde que en 2011 se creara dicha institución fruto de la colaboración entre gobierno estatal y autonómico. Pero la principal motivación del estudio fue que los científicos ya se habían fijado en esta playa después de que el gran temporal de 2001 dejara el arenal maltrecho.

A partir de aquí distintos científicos fueron realizando trabajos para evaluar los daños. Los primeros, los del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) y con ellos la posibilidad de poder extraer una propuesta de cómo recuperar los daños padecidos. Estos primeros estudios propiciaron que la comunidad científica considerara esta playa importante por una serie de motivos y la convirtieran en el centro de investigaciones.

Con el paso de los años ha sido motivo de más incursiones técnicas como tesis doctorales, memorias de máster e investigaciones de proyectos. Con la creación del SOCIB es cuando se decide que se convierta en una de las playas con monitorizaje y seguimiento intensivo. Todo ello con una tecnología muy avanzada que nada tiene que envidiar a los que se realizan en la costa de Oregón (en Estados Unidos) o en las playas de Sidney (Australia).

Así lo asegura Luis Gómez, uno de los técnicos del SOCIB que participaron en las últimas jornadas del Consorcio Turístico de Cala Millor. Pero, ¿En qué estado se encuentra la playa de Cala Millor?, ¿Se ha deteriorado con el paso del tiempo? La respuesta científica es que actualmente, en base a los datos de los que se disponen desde la primera fotografía aérea de la playa de 1956, cuando era prácticamente virgen de construcción, es que el estado actual es incluso mejor que entonces.

Los datos, según Gómez, han demostrado que la playa ha aguantado en su conjunto, las regeneraciones de arena que se han ido realizando, la última de ellas en 2002. Actualmente la playa está estable y goza de buena salud, "aunque ésta sea como un conjunto de arena dentro de un cazo, que el oleaje hace mover de un punto a otro; si no hay oleaje está estable y dependiendo de él la arena se deposita en un sitio más que en otro".

La razón por la que esta playa, donde la intervención humana ha provocado la desaparición casi total del sistema dunar, se mantenga estable o que haya aguantado bastante bien las regeneraciones realizadas, hay que buscarla en el papel importantísimo que ha jugada la pradera de posidonia que hay en la bahía, y que se prevé que pueda disipar la fuerza del oleaje en hasta un 33%, sin ella o sin la salud que actualmente goza, los efectos del temporal serían mucho mas considerables. Estas fotografías y monitorizaciones, públicas y accesibles para todo el mundo a través de la página web www.socib.eu, nos permiten saber más de ella y cómo tratarla.

Por ejemplo, en 2015 después de que un temporal dejara maltrecha la playa, personal del Consorcio Turístico acudió al SOCIB para preguntar qué pasaba exactamente con la playa, ¿Se recuperará? preguntaban. Las cámaras demostraron que la mañana de aquel mismo día, ya había recuperado unos 30 metros, la mayor desde que está monitorizada. También que el temporal que más le ha afectado fue el de abril de 2013, la recuperación del cual se ha visto afectada por dos temporales más en años posteriores. Las cámaras también han permitido saber a los técnicos que los cambios de entre 15 y 30 metros en la línea de costa están dentro de los parámetros normales de la playa de Cala Millor.

Las cámaras de esta agencia meteorológica del mar seguirán fotografiando la playa (que comparten los municipios de Sant Llorenç y Son Servera) desde la azotea del hotel Castell de Mar, permitiendo satisfacer curiosidades a través de las imágenes en la red, o también para controlar desde la distancia al personal que trabaja en las playas, como socorristas, vendedores e incluso a usuarios.

Aunque, claro está, su labor es puramente científica y la cantidad de datos que recoge son de una importancia incalculable. Los mismos que permitirán a los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico elaborar los informes de impacto ambiental en una futura regeneración con arena de la playa calamillorera.