Cinco municipios de la mancomunidad del Raiguer se incorporaron ayer al sistema de recogida de basura de la bolsa roja a pesar de las abundantes quejas generadas por el coste de dichas bolsas. Algunos vecinos de diferentes pueblos manifestaron ayer su preocupación porque no sea suficiente el cupo de bolsas que se entrega por año (veinte) y, especialmente por el coste de dichas bolsas.

En algunos pueblos se aplica un precio de 75 céntimos por bolsa y otros, como es el caso de Búger, cobrará un euro.

Joan Toni Ripoll, portavoz del PP de Mancor, uno de los municipios que instauró ayer el sistema, explica que "el número de bolsas parece insuficiente y, por lo menos en nuestro caso, significa rizar el rizo pues mucha gente ya está concienciada con el reciclaje y la recogida ya se hace puerta a puerta. Parece que hubiera cierto afán recaudatorio".

No obstante, Liniu Siquier, presidenta de la mancomunidad y alcaldesa de Búger, explica que "se debe tener en cuenta que el euro o los 75 céntimos no es el coste de la bolsa sino el coste del tratamiento del residuo no reciclable que se deja en su interior". Según Siquier, eso supone que se producirá un abaratamiento de la tasa, que repercutirá "en mayor medida sobre los buenos recicladores porque usarán menos bolsas".

Por otra parte, se han contemplado excepciones como es el caso de familias con bebés o personas mayores que necesiten desechar pañales de forma frecuente. Éstas recibirán una bolsa blanca sellada para que puedan verter cada día y no sólo un día a la semana que es lo que se permite a la bolsa roja. Binissalem implantó el sistema en 2012 y su alcalde, Andreu Villalonga, sostiene que "se ha podido reducir mucho la tasa de basura", aunque reconoce que siguen teniendo el mismo problema de gente que abandona bolsas en solares o en las esquinas.