? Desde 1272 hasta el primer tercio del siglo XX, según estableció el conde de Ampurias, los habitantes de Muro solo podían aprovechar la leña del bosque comunal. En estas tierras comunales, denominadas el Braç, había una caseta rústica propiedad de los señores de Son Sant Martí que utilizaban los capellanes de Muro para pasar unos días de descanso durante el verano. De ahí el nombre de uno de los espacios más singulares del municipio. Años más tarde, los vecinos de Muro empezaron a veranear en el lugar alzando las casetas. Las casetas iniciales se elaboraban con telas de saco, y solo servían para pasar unos días. Después, con el tiempo, se fueron consolidando con cañizo, vencejos, adobe y cal, con el suelo sin embaldosar, hasta formar un pequeño núcleo de población de 141 casetas, una de ellas municipal, situada en el centro del núcleo, y cuatro bares. Con el paso del tiempo, especialmente después del fuerte temporal de 2001 que azotó el norte de la isla, las casetas se han ido convirtiendo en pequeños chalets, con las comodidades de cualquier residencia vacacional, y los chiringuitos en 'beach clubs' y restaurantes de renombre. Los pinos caídos por el temporal provocaron el derrumbe de muchas casetas y los vecinos aprovecharon para alzar pequeñas casas construidas con bloques de hormigón, e incluso ampliando y apropiándose de zonas comunales y dunas, sustituyendo los pinos por moreras y otra vegetación intrusiva.