El Ayuntamiento de Inca impulsa un proyecto encaminado a evitar los grafitis indiscriminados en los muros de la ciudad. Sebastià Oriol, concejal de Juventud, explica que se ha seguido en cierta forma el dicho popular que reza que si no puedes con tu enemigo, únete a él. "Eso no significa que hayamos claudicado frente a comportamientos incívicos, sino que hemos decidido que, para evitar la discrecionalidad, se puedan pintar grafitis de forma ordenada y de calidad".

El consistorio ha detectado la existencia de una gran actividad de esta forma de expresión artística callejera. Oriol precisa que "la normativa municipal la prohíbe pues, por lógica, no se puede permitir pintar en una pared sin autorización. Sin embargo, tampoco podemos negar que hay gente que hace unos trabajos artísticos realmente excelentes". El concejal considera que es posible llegar a un entendimiento y regular de alguna forma esas actividades de arte al aire libre.

Lo que se ha hecho ha sido seleccionar una serie de muros de edificios o infraestructuras públicas como el talud de las vías del tren, en el polígono industrial; la plazoleta de las calles de Martí Metge y Palmer; la caseta de la balanza de la plaza des Bestiar y algunas casetas de trasformadores de electricidad dispersas por el casco urbano. En estos lugares se van a desarrollar actividades en colaboración con la asociación Comunitart.

Los días 28 y 30 de abril, artistas grafiteros invitados, plasmarán sus creaciones en diferentes muros entre los antes mencionados. El día 29 de abril se ha organizado un concurso de grafitis en el muro del talud del tren, en el polígono industrial. Para ese día se ha programado además una fiesta urbana. Oriol explica que "a lo largo de todo el día se irán pintando los grafitis y, además, se procederá a diferentes actividades como demostraciones de skate, música etc..."Preparación

El Ayuntamiento pintará de blanco todos esos muros para prepararlos y que los grafiteros autorizados plasmen sus obras. Cabe destacar que ahora mismo muchos de estas paredes tienen pintadas efectuadas sin autorización. "Esa es la segunda parte del proyecto -indica el responsable municipal-, la de dar dignidad a unas zonas que de seguir por este camino se degradarán".

Oriol es optimista con el futuro resultado: "Los grafiteros son muy respetuosos con la obra de sus colegas y no suelen pintar encima. Evidentemente siempre habrá actos de vandalismo que es imposible evitar, pero ya serán los menos". Para el año próximo se prevé contactar con propietarios privados que presten sus muros como lienzos.