El origen del cerdo negro mallorquín es incierto pero se ha constatado que en los primeros asentamientos humanos de las Illes Balears aparece la ganadería porcina plenamente consolidada. Por otra parte, también se ha evidenciado que esta ganadería era de carácter itinerante para poder aprovechar los pastos. Algunos historiadores defienden que la formación del actual cerdo negro mallorquín se basa en la presencia de ganadería porcina continuada desde los primeros pobladores hasta la actualidad y apuntan que esta raza es el resultado aditivo de las incorporaciones de los diversos efectivos porcinos de cada civilización que se ha establecido en la isla, exceptuando la musulmana, por claras razones religiosas y culturales, y siempre bajo la presión de la selección natural y de la humana. La dominación romana supuso cambios en el consumo de cerdo y se empieza a detectar un incremento particular en el consumo de porcella, que probablemente refleja la conocida preferencial de los romanos. Durante los siglos XVIII y XIX, en los contratos de arrendamiento de las posesiones aparecen los frutos que se deben entregar los arrendatarios al señor en navidades: gallinas, gallos y porcelles, que eran, evidentemente, de cerdo negro mallorquín.