El Ayuntamiento de Inca estuvo muy interesado en este proyecto hace diez años. Tal es así que fue quien impulsó con mayor ímpetu su posible consecución. Llevó a cabo la tramitación al margen del Plan General de Ordenación Urbana como una excepción para desarrollarlo con mayor celeridad, tal era el interés. Y, sin embargo, el proyecto nunca ha llegado a avanzar.

El mes de junio de 2015 se aprobó un cambio en la gestión del tercer polígono y, en lugar de gestarse por el sistema de cooperación, donde la iniciativa mayoritaria era pública (municipal), pasó a ser por compensación; es decir, se convitió en un polígono de iniciativa privada.

Atrás quedan tiempos de declaraciones grandilocuentes de Pere Rotger, a la postre alcalde; o de Bartomeu Seguí, que era el concejal de urbanismo, en que manifestaban que el polígono de gestión pública serviría para que el Ayuntamiento controlara la oferta de suelo industrial y evitara los precios sobrevalorados que tenían los solares disponibles a finales de los años 90.

Ahora se ha constituido una junta de compensación en una reunión a la que asistieron unos 30 propietarios. El siguiente paso es constituir el gobierno de la junta de compensación y después comenzar los trámites del proyecto de urbanización.