Recuerdo que cuando era niño había unos cajones expendedores de diarios donde depositabas el dinero en una ranura y cogías un diario. Todo quedaba confiado a la buena voluntad y honradez de los ciudadanos. Eso hoy en día resulta imposibles pues esto es España, donde medran los pillos y los insolidarios, y donde ser cabal y honrado no trae más que decepciones. Pero no quiero pensar mal porque a lo mejor el conductor del vehículo que sale en la foto no vio la señal; o no se acuerda de lo que significa. En modo alguno quiero pensar que aparcó allí sin pensar en que los demás tendrían dificultades para circular por el interior del aparcamiento de Bisbe Cima, en Inca. Sea como fuere, se fue sin sanción, porque el aparcamiento de este solar, lleno de barro en invierno y de polvo en verano, es territorio comanche. El Ayuntamiento lo delimitó y colocó señales pero se olvido de incluirlo en las ordenanzas por lo que cada cual campa a sus anchas.
Se obliga a recoger los excrementos
pero olvidan de que el pis es corrosivo
Casi todos los Ayuntamientos tiene recogido en sus ordenanzas de convivencia que los propietarios de perros, amén de llevarlos de paseo sujetos, deben recoger los excrementos que el animal deje en la vía pública. Sin embargo, olvidaron incluir que no se permita a los animales levantar la patita en las farolas o fachadas para hacer pis. Una comerciante de la calle Estrella de Inca se quejaba ayer con razón, y es que las farolas se ven corroídas literalmente en su base por el pipí.
