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Siglo XIX

El velódromo desvanecido

Frente a lo que ahora es una tienda de perlas y en el límite de la nueva zona de desarrollo de Manacor, un día se levantaron peraltas y hasta se corrió un campeonato de España

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El velódromo desvanecido de Manacor

Lejos de las peraltas de Palma, Algaida o Campos, hace más de un siglo que en Manacor se disputó el Campeonato de España de Velocidad de ciclismo en pista. Era 1913 y el auge y la pasión por el deporte de la dos ruedas hizo llenar hasta los topes las gradas del velódromo de na Xicamunda, muy cerca de lo que hoy es la carretera que cruza la ciudad en dirección Artà. Pero de ello hace tanto que ya casi nadie se acuerda; Tan solo las fotografías aéreas, que hoy sirven para delimitar hasta dónde debe llegar el nuevo polígono de servicios de Manacor, siguen dando fe de que allí, efectivamente, una vez, hubo una pista de competición.

Se cree que ya a finales del siglo XIX hubo un primer velódromo en el municipio, donde sociedades privadas fomentaban la práctica ciclista. Unos inicios que dieron el estirón en 1910, año en que el incremento tanto de practicantes como de público ávido de velocidad, motivaron la construcción en condiciones del velódromo.

Fue de manos de una empresa privada de Palma, que pronto entendió lo que aquel deporte podía suponer económicamente. Los premios fueron creciendo tan rápido como el graderío, en una época donde solo el trote o un fútbol incipiente podían sacar al manacorí medio de casa.

Pero a parte del Campeonato de España, dos son las veladas más recordadas por los aficionados locales a las bicis. Por un lado la velada que se organizó coincidiendo con las Fires i Festes de septiembre de 1897, cuando centenares de personas llenaron la pista. La primera vez que se tiene noticias de ello. La segunda fue por la Fira de Sant Jaume de 1912, cuando sobre la pista compitieron el campeón de España, el señor Magdalena, contra el de Catalunya, señor Martí, y el de Barcelona, el señor Rubio.

Aquel era un velódromo tan austero como pionero, tan ratonero como emocionante. Con un óvalo de tierra compactada, que desde 1918 también acogió esporádicamente carreras de caballos.

El sueño perlero

Tal fue su repercusión social en esos años, que hasta las Perlas Majorica tantearon seriamente la posibilidad de construir todo un complejo deportivo para sus empleados, con pista de atletismo y piscinas alrededor del velódromo. Un sueño que finalmente no llegó a materializarse.

Tras la Guerra Civil el ruido de motocicletas, las cadenas y las rudas silbando fue apagándose poco a poco, y pese a que muchos practicantes siguieron utilizando la pista para entrenar, no llegó a tener el brillo de épocas pasadas. Hasta que a mediados de la década de los cincuenta la luz se apagó y las hierbas fueron cubriendo el cemento y las curvas. Hace algo más de una década Manacor recuperó su velódromo, a unos dos kilómetros de distancia, alrededor del campo de fútbol de la Torre dels Enagistes. Pero ya no es lo mismo.

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