La primera consecuencia de la reestructuración horaria y de frecuencias que Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) implantó ayer en el tren y el metro fue la masificación de los convoyes que cubrían el servicio en las horas punta de la mañana y en determinados trayectos vespertinos. Los trenes estaban al límite de su capacidad y no fueron pocos los usuarios que tuvieron que quedarse en los arcenes ante la imposibilidad de acceder al interior de los trenes por la cantidad de gente que llenaba los asientos y los pasillos de los vagones.

La asociación de usuarios explicó ayer que recibió una gran multitud de quejas por la “saturación” de los trenes, motivada en gran parte por la supresión de numerosas frecuencias del metro entre Palma y Marratxí, cuyo pasaje es asumido ahora por los trenes que, procedentes de Inca o sa Pobla, realizan parada en todas las estaciones intermedias en las que antes pasaban de largo.

El estreno de la reestructuración ferroviaria también conllevó retrasos de unos quince minutos en algunas frecuencias durante toda la jornada, lo que motivó que los trenes afectados partiesen con el doble de pasaje de lo habitual.

Fuentes de la plantilla de trabajadores de SFM aseguraron que en algunos trayectos matinales los trenes iban un cuarenta por ciento más cargados de lo normal, porcentaje que habría alcanzado el setenta por ciento en los trenes que circulaban antes de las nueve de la mañana, que iban “hipercargados” principalmente entre Palma y Marratxí, tramo del corredor más afectado por los recortes. Las fuentes reiteraron que en las estaciones más próximas a la capital “muchos usuarios no pudieron subir a los trenes por exceso de carga”.

Sobrecarga de trabajo

El colectivo de SFM que ayer estaba más enfadado con la reestructuración aplicada por la empresa ferroviaria era el de los maquinistas, que denunciaron la “sobrecarga brutal de trabajo” que deberán asumir a partir de ahora. Los maquinistas aseguraron que la empresa les facilitó sus nuevos horarios laborales el pasado jueves por la tarde, menos de un día antes de la entrada en vigor del nuevo sistema. “No solo han cambiado las frecuencias, sino también todos los cuadrantes de los maquinistas, que hoy (ayer para el lector) llevan una crispación monumental”, explicó Ricardo Mas, presidente del comité de empresa de SFM.

La plantilla interpreta los cambios aplicados por la empresa a una “revancha” contra los huelguistas y un “castigo en toda regla”.

Uno de los trabajadores explicó que “han sobrecargado los turnos de los maquinistas en un 35%” y se producen casos de “turnos de más de cuatro horas sin bajarse del tren, cuando los conductores de bus están obligados a descansar media hora cada dos horas de trabajo”. En estas circunstancias, “casi no hay tiempo ni para ir al lavabo”, lamentó.

Los integrantes del comité añadieron que si antes tenían turnos que incluían tres trayectos de tren consecutivos, ahora además deberán conducir algunas frecuencias de metro hacia la UIB o Marratxí, lo que calificaron de “barbaridad”.

En este sentido, el colectivo de maquinistas aseguró que los nuevos horarios que deberán cumplir a partir de hora “se saltan todas las normativas vigentes sobre seguridad”. “Al final del turno ya no podré garantizar que el viaje sea seguro”, apuntó uno de los maquinistas.

El comité cuestionó la voluntad de solucionar el conflicto expresada anteayer por la presidenta Francina Armengol. “Será difícil solucionarlo si no nos convocan para una reunión”, apuntaron.