Preparados a base de aceites de sésamo, de hígado de bacalao, fórmulas magistrales que fueron el calmante, el ungüento y la medicina para todo un pueblo. Eran los remedios comunes elaborados a principios del siglo XX en una antigua casa del centro de Capdepera que ahora, más de un siglo después, ha dejado tras de sí un legado histórico y científico hecho libro. El catálogo une hasta 696 sustancias de la primera farmacia local abierta en 1915 por la familia Melis Cursach.
Precisamente, el archivo municipal de Capdepera presentó anteayer el catálogo e inventario de la Farmacia Melis, el documento que faltaba para completar el proyecto museístico del Casal del mismo nombre. La presentación, donde se pudo ver documentación original de los primeros años de la farmacia, mostró la tarea que se ha llevado a cabo con la colaboración del doctor Bartomeu Balaguer; el doctor Valentí Alzina; la licenciada Antònia Maria Llinàs y el licenciado Carlos March. Todos ellos mantuvieron relación con la familia Melis y han aportado la asesoría química y médica al inventario. Además, también se ha contado con el prólogo de la catedrática de la UIB, Isabel Moll.
Miquel Melis abrió la farmacia Melis ayudado por su esposa. Al cabo de unos años su hija, Antònia Melis (1917-2010), se encargó de la atención al público mientras su padre le enseñaba a preparar fórmulas magistrales. Sin embargo, en 1973 tuvo que vender la farmacia a su sobrina Antònia Maria Llinàs Caldentey, al tiempo que entregó los estupefacientes y medicamentos restringidos, tal como era preceptivo. Pero se quedaron una amplísima variedad de elementos químicos y sustancias almacenadas durante años. Desde 2010 el casal está cedido al consistorio como museo y centro de exposiciones.
En el acto presidido por el alcalde de Capdepera, Rafel Fernández y la concejala del Centre Melis, Lorena Molinillo; estuvo presente el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Balears, Antoni Real; así como representantes de la Fundació Amics de l’illa del Rei de Menorca, quienes han aportado asesoría científica al catálogo.
El libro recoge dos aspectos: la evolución de la historia de la farmacología a lo largo del siglo XX partiendo de la vida de la farmacia Melis, la primera que se abrió en Capdepera; y el inventario de las casi 700 sustancias que quedaron en la farmacia cuando cerró, en 1973.
El rol farmacéutico
A principios del siglo XX, el rol del farmacéutico era más bien el de cuidador y controlador de la sanidad local, con la colaboración de otros sanitarios y los conocimientos galénicos que tenía, suficientes para elaborar medicamentos a partir de principios activos. Con la revolución científica, cambiaron la elaboración y venta de los medicamentos y la necesidad de salud pública.
La catalogación de todas las sustancias y útiles que había en la farmacia en el momento de su cierre, se ha realizado siguiendo criterios archivísticos, museográficos, químicos y farmacéuticos. Se han limpiado, consolidado y etiquetado todas las sustancias, y sellado algunos recipientes que por su toxicidad podían resultar peligrosos. No se ha realizado ningún tipo de analíticas de los productos. Esta catalogación se ha comparado con la del 1915.
