La fase de expropiación de fincas para la instalación de torres y el paso de la línea de alta tensión que debe unir Llucmajor con la subestación de Cala Blava, comenzó ayer por la mañana. Se trata de uno de los dos grandes proyectos iniciados por Red Eléctrica de España (REE) en el municipio, junto a la continuación del cableado aéreo desde Cala Blava a s´Arenal, y que supondrá la instalación de 110 torres de grandes dimensiones a lo largo de la zona de sa Marina. El proceso se inició ayer a las nueve en un local de la calle Constitució número 6 de Llucmajor, y concluirá el próximo viernes día 17 de marzo.

Esta primera parte de la línea, de 66 kV de potencia (preparada para una futura explotación a 132 kV) y doble circuito entre las subestaciones de Llucmajor y Cala Blava tendrá una longitud total de algo más de 14 kilómetros (13,5 de ellos aéreos) y un presupuesto de 4,8 millones de euros.

En total las expropiaciones afectan a 104 propietarios distintos correspondientes a 119 parcelas. Torres y red que se anclarán en tierras básicamente de labor de secano, campos de almendros e higueras. Dos de esas parcelas son propiedad de Endesa y otras dos del ayuntamiento de Llucmajor, vías de comunicación con el dominio público.

Se trata de un proyecto polémico puesto que ya se inició hace años una línea de media tensión que, según la plataforma Alta Tensió Llucmajor podría ser reutilizada y por las quejas tanto vecinales como de grupos ecologistas como el GOB, que entienden que un proyecto de tales dimensiones afectará negativamente tanto al paisaje como al paso y anidamiento de aves por sa Marina.

"Son dos autopistas eléctricas con torres casi tan altas como la Seu, que acabarán para siempre con la zona tal y como la conocemos", explica Marta Urbina, portavoz de Alta Tensió. "Pese a que el objetivo de las líneas proyectadas por REE era suministrar electricidad a las urbanizaciones del sur de Llucmajor, ambos proyectos tienen la misma potencia que las que dan electricidad a Menorca o Eivissa enteras".

"Estas dos líneas no se instalan por el bien común, ya que si hubiera sido así se hubiera utilizado la de es Marroig, ya instalada por Gesa para la misma función y que supondría un menor coste tanto económico como medioambiental, según avala el Colegio de Ingenieros Industriales de Balears", recuerda Urbina, quien califica la expropiaciones de "robo legalizado" y alerta de los posibles problemas de salud derivados "de la exposición a las ondas electromagnéticas que emiten las líneas de alta tensión".

Hace unas semanas la plataforma contraria al proyecto, recordó a los dueños de fincas afectadas que, en las reuniones que mantendrán estos días, "pueden pedir torres de bajo impacto, también muy feas pero un poco menos horribles que las clásicas".

Cabe recordar que la controvertida iniciativa de REE, que sostiene que se trata de una línea estratégica y fundamental para el futuro energético mallorquín, en base a la planificación de los gobiernos estatal y autonómico, cuenta con los beneplácitos políticos, técnicos y medioambientales. No obstante, el hecho de que se quieran colocar en sa Marina más de un centenar de torres de hasta 40 metros de altura sigue provocando indignación y miedo de cara al futuro.