El alcalde de Binissalem, Andreu Villalonga, remitió ayer un escrito a Ib-Salut en el que expresa el malestar del consistorio ante la multitud de quejas vecinales que recibe por el funcionamiento del PAC local. Desde UGT se denuncia además que existen múltiples deficiencias de mantenimiento en el edificio y "una mala gestión de los recursos humanos que ha abocado a este centro sanitario a estar tan falto de personal que no puede prestar la debida atención a los pacientes", afirma Bartomeu Ballester, portavoz sindical.
A todas estas denuncias cabe añadir la dimisión ayer de la coordinadora médica del centro. Según fuentes próximas, la responsable ha aducido causas personales. Ballester dice: "No es de extrañar que un buen profesional dimita ante esta situación, aunque lo haga de forma tan discreta".
Las quejas de los usuarios abundan especialmente en el estado del edificio. Éste padece humedades que se dejan ver de forma evidente en algunas paredes. La falta de mantenimiento lleva a situaciones como que algunas dependencias cuenten solo con partes de lo que fue la cortina que debe paliar el sol. Ballester denuncia que "incluso en la sala de espera se ve un banco en el que ha desaparecido la silla y quedan los hierros del anclaje". El sindicalista añade que "el mismo personal del centro ha confirmado que han estado esperando cuatro meses una pieza para reparar una camilla".
El representante sindical manifiesta que se están dando casos en que los médicos deben doblar turnos ante la falta de personal. Pero, además, no se están cubriendo correctamente las guardias".
Fuentes próximas han señalado que el centro de Binissalem tuvo que cerrar un día del puente del 15 de agosto debido a la falta de personal.
Según UGT, "ahora se quiere crear un bolsín de médicos para que acudan a los lugares donde sea preciso. Esto nos parece una política de remiendos en lugar de una gestión adecuada".
El alcalde puntualiza que antes de dirigirse a Ib-salut mantuvo una reunión con la coordinadora del centro en la que ésta le dijo que "ella remitía las críticas y demandas a Son Llàtzer, pero que no podía hacer más". Ante la dimisión de ayer, el alcalde decidió ponerse en contacto directamente con los responsables para informarles del malestar local.
Villalonga expone en su escrito que "una de las circunstancias más graves -en su opinión- se produce por las tardes cuando, ante la falta de personal, si se produce una urgencia, el médico debe cerrar el PAC y dejar a los usuarios en la calle".
Tanto UGT como el alcalde opinan, además, que el centro debería depender del hospitl de Inca y no de Son Llàtzer.
