Con cara de estupefactos, diversos turistas contemplaban ayer las tareas que llevaban a cabo varios operarios para combatir la plaga de la procesionaria que afecta a los pinos del Port de Sóller. No era por menos si se tiene en cuenta que las herramientas que utilizaban estos operarios no eran más que escopetas de caza y, en realidad, los operarios eran expertos cazadores de Sóller que colaboraban con el Ayuntamiento en las tareas para erradicar las orugas que afectan al pinar del recinto Infante Lois.

Provistos con escopetas del calibre 12, los tres cazadores destrozaron a perdigonazos los bolsones de orugas que colgaban de las ramas de los pinos. Para llevar a cabo esta tarea, el ayuntamiento tramitó las autorizaciones administrativas correspondientes para el uso de armas de fuego y operarios del Ayuntamiento acordonaron la zona para evitar problemas de seguridad, tanto por el uso de las escopetas como por las orugas que pudieran salir desperdigadas con los disparos.

Para la destrucción de los bolsones, los cazadores utilizaron cartuchos similares a los que habitualmente se utilizan para la práctica cinegética de la caza del tordo, aunque ayer utilizaron un tipo de perdigón sensiblemente más pequeño que el habitual, según explicaron. La tarea se fue repitiendo en cada pino que hay en las instalaciones deportivas del Infante Lois, muy afectados por la proliferación de la plaga de la procesionaria. Esta tarea se repetirá en otros espacios públicos municipales donde se ha detectado la presencia de la plaga de los pinos.

El Ayuntamiento ha optado este año por un método más drástico para combatir a la procesionaria, porque se considera mucho más eficaz que instalar bolsas con feromonas para atraer a estos lepidópteros, que además de provocar daños al pinar también puede ser una fuente de problemas para la salud humana para las personas que pueden estar en contacto con las orugas de la procesionaria. Estos animales están recubiertos por unos pelos urticantes que suelen provocar irritaciones a las personas. Las tareas para combatir a disparos esta plaga deben hacerse en los meses de invierno, época en la que las larvas u orugas se esconden en los bolsones antes de dar forma a las crisálidas a partir de mayo.

En múltiples municipios

Muchos consistorios de la Part Forana estas semanas están agradeciendo la implicación activa de sociedades de cazadores locales en la 'lucha' contra la procesionaria, especialmente en zonas urbanas, áreas escolares, parques infantiles y espacios deportivos.