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Mallorca Águilas

Pasión por el fútbol de mesa

El Mallorca Águilas de Llucmajor, único representante balear en la liga española y la Champions europea, extiende de nuevo el furor local por el balompié en miniatura

Mucho han cambiado las cosas desde que, a principios de los ochenta, figuras en plástico de futbolistas en miniatura despertaran la atención de miles de niños españoles dentro de botes de Cola-Cao. "La base ahora es más plana para tener más estabilidad y los jugadores puedan desplazarse mejor, se les añaden adhesivos para diferenciar mejor a los equipos, los materiales son distintos y algunas reglas... pero la esencia sigue siendo la misma", responde José M. Castellano, presidente y jugador del Mallorca Águilas de Llucmajor, el único equipo balear de fútbol de mesa que compite nacional e internacionalmente desde hace seis años.

"Existen las faltas, los penaltis, hay fuera de juego, saques de esquina y hasta tarjetas... es como el fútbol de verdad pero con la complicación del ajedrez, porque tras cada toque, todas las posiciones cambian y tienes que repensar la jugada". Castellano, vicepresidente de la Asociación Española, subcampeón de España y campeón del mundo por equipos con la selección, sabe bien de lo que habla. Empezó de niño en el Casal de Joves de su barrio en Palma cuando las figuritas las fabricaba la marca Borrás y el juego se llamaba Subbuteo. "La marca sigue existiendo, pero es más para coleccionismo e iniciación. Nosotros jugamos al fútbol de mesa".

En los ochenta la marca más conocida por vender juegos de magia, se alió con Cola-Cao para enganchar más afición y organizar campeonatos nacionales en Barcelona y Madrid para los mejores de cada comunidad. "Cuando crecí lo dejé aparcado"... hasta que en 2010 quiso aficionar a su hijo para mejorar su concentración y de paso volver a enfundarse la camiseta, esta vez con un club oficial.

Así nació el Mallorca Águilas, con sede de competición y entrenamientos en el polideportivo Son Verí de s'Arenal de Llucmajor. Pronto se ha hecho un nombre dentro de la decena de equipos que compiten en la liga nacional y de ahí a jugar la Champions europea en Roma, siendo el primer club mallorquín en conseguirlo.

Como en el convencional, en el fútbol de mesa (que se juega sobre un campo sintético de 0,80 por 1,20 metros) se distribuyen dos equipos de diez jugadores más un portero móvil. "Puede haber tres toques por jugador y a cada movimiento ofensivo hay otro defensivo por parte rival". Cada partido dura 30 minutos divididos en dos partes. Si hay empate se juegan diez más con la regla del gol de oro: el primero en marcar se lleva el partido. De lo contrario también hay penaltis. La técnica del toque es estricta; hay que golpear el balón con el dedo índice en perpendicular al terreno de juego. Nada de inclinarlo para coger más fuerza con el pulgar. Si el jugador 'lanzado' no toca la pelota o roza un jugador contrario, la posesión cambia de equipo. Tan sencillo (y tan difícil) como eso.

En el fútbol de mesa se puede jugar de manera individual o por equipos (que también pueden ser femeninos). En cuanto a categorías éstas van desde la sub 12 hasta la de veteranos de más de 40 años, pasando por la denominada Open. "España está cada vez más de moda, aunque por jugadores y por estructura los italianos sigan siendo los mejores, llegando incluso a cobrar por ello", subraya Castellano, cuyo hijo Sergio ya ha sido subcampeón del mundo con la selección española sub 19. S'Arenal es, desde hace unos años, la sede del Grand Prix internacional, donde compiten durante un fin de semana, los mejores jugadores del viejo continente. En octubre de 2018 llegará a Son Verí la Champions, la mejor competición por equipos tras el Mundial.

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