El caso de Josep Bauzá Gelabert es uno de aquellos dignos de estudio por los genetistas y que animan a toda persona que se topa con él. L'amo en Pep, como se le conoce en Alaró, es una persona singular, porque singular es llegar a cumplir 105 años, y mucho más con las facultades mentales y físicas con que lo hará él este próximo lunes. Nacido el 12 de diciembre de 1911, posiblemente sea el segundo hombre de más edad de Mallorca.

En esa larga vida, el hijo de Biel y Margalida, tuvo dos hermanos: Toni y Xisco, y tras casarse con Jerònia ha tenido dos hijas: Danita y Margalida; tres nietos, Josep, Jaume y Margalida, y tres bisnietos, Verónica Paula y Marc, que el pasado domingo le prepararon una celebración por una efeméride tan particular.

Pep Bauzá reside en Alaró con su familia pero no es natural de este pueblo sino de Llubí, y debe ser vivir a los pies de la Serra lo que le habrá permitido conservarse tan bien de salud. Llegó a este pueblo

cuando era apenas un niño, solo tenía 14 años, y para ganarse el pan. "La primera vez fue para trabajar en Son Fuster de Dalt. Allí estaba un compañero mío que trabajaba con su padre, que se puso enfermo". Debido a ello, su madre le pidió que dejara el trabajo y volviera al pueblo. "La señora de la finca le dijo que bien, pero que tenía que encontrarle a alguien, y ese fui yo. Estaba en Son Vanrell, donde guardaba cerdos y

pavos. Me presenté y me ofrecieron ganar 12 duros al mes (60 pesetas), cuando yo solo ganaba entre 7 a 10. Comencé en mayo y me puse a trabajar en el campo. Era duro pero me gustaba. Estuve allí diez años. Cada 15 días iba a casa y ya me quedé para siempre en Alaró. No volví a Llubí".

Después de esa época pasó a trabajar en Son Forteza y en especial en la vaquería de la possessió, donde estuvo casi 30 años. De hecho, muchos le conocen como en Pep de sa vaqueria. Su figura repartiendo lo ordeñado a las vacas con un carro en el que transportaba este líquido hasta la lechería del pueblo es recordada por aquellos que tienen más de 50 años.

Y tras la leche puede que esté el secreto de su longevidad. "A mí me gustaba mucho, bebí mucha leche. De noche cenaba siempre un plato de sopes de llet. Una leche muy especial como él mismo dice: "Que embrutava es tassó".

Aunque por lo que se refiere a la alimentación, mención aparte de la leche, no hay muchos secretos. "Como de todo, carne y verduras. Todo me gusta. Si tuviera que elegir un plato especialmente me quedaría con los callos".

Pep Bauzá tampoco ha tenido problemas de salud especialmente, de hecho bromea diciendo que para vivir mucho no hay que visitar en exceso al médico, aunque en una ocasión la intervención de uno de ellos le evitó problemas, algo que hasta su hija Margarita desconocía en parte. "Mi único vicio fue fumar una temporada, pero visite en Alaró a don Jaume Colom, es metge Mariner, que me auscultó y me dijo "yo te aviso por tu bien, soy médico y te lo he de decir, tienes una manchita en el pulmón pero si dejas de fumar 'podràs viure molts d'anys'. Llegué a fumar tres cajetillas de filet. Hacer de vaquero te lleva a eso, fumar. Apagaba uno y encendía otro. Si hubiera seguido así tal vez me habría hecho mucho daño".

Después, apenas una operación de cataratas que no le ha quitado el humor. Sigue dando paseos por la mañana y por la tarde hasta Los Damunt e incluso en casa sube la escalera al primer piso donde vive. Es tan raro verlo en una consulta, pese a su edad, que cuando eso ocurre provoca expectación.

Su hija Margarita cuenta que hace una semana estuvieron siete horas en urgencias de Son Llàtzer y que se convirtió en algo extraordinario. "Venían algunas enfermeras para conocer a ese hombre de gafas que tiene casi 105 años".

Tres reyes y tres guerras

Pep ha visto pasar tres reyes de España y tres guerras, dos mundiales y la civil, pero gracias a Dios, o a la fortuna, no tuvo problemas con estos conflictos. "No lo pasé mal, porque en aquellos tiempos, cuando me tocó hacer el servicio militar, se sorteaba a los quintos. Yo tenía el 2.562 y me bastó para no ir, en el sorteo quedé excedente de cupo". De todas formas, en su momento fue movilizado y pasó dos años y diez días en el Ejército. "A la guerra no me llevaron. Estuve en sa Pobla, Artà y Manacor. E iba en bicicleta. Los sábados y domingos podía hacer una escapada a casa".

Preguntado por lo que más añora o cree que más ha cambiado respecto a tiempos pasados, Bauzá lo tiene claro: "Antes la gente era como más noble, tenía más palabra y ahora no os podéis fiar de nadie, si os fiáis os ha fastidiado. Eso no es vida. Hubo un tiempo en que mi madre se iba a dormir y dejaba la llave en el cerrojo y ahora no puedes". Por último l'amo en Pep deja su receta para vivir muchos años: "Comer bien, no trasnochar demasiado, dur bon cami, i tenir bon geni".