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Santa Margalida

Monjo quiere recuperar los terrenos de la Vila que Feliciano Fuster legó a Amadiba

El alcalde ya estudia las posibilidades legales de hacerse con la propiedad de 6.000 metros cuadrados porque la entidad social no ha cumplido las condiciones de la donación - El objetivo es habilitar un equipamiento cultural, social o educativo

La fábrica de licores es el edificio más emblemático de los terrenos de Fuster en la Vila. j. frau

El alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, quiere recuperar para el municipio los terrenos que Feliciano Fuster, expresidente de Endesa fallecido en marzo de 2012, dejó en herencia a la entidad social Amadiba con la condición de habilitar un centro para discapacitados en la antigua fábrica de licores, edificio central de unos terrenos que cubren una extensión de unos 6.000 metros cuadrados y que también incluyen viviendas. Actualmente, este sector de la localidad se encuentra en situación de abandono, ya que la entidad receptora de la herencia todavía no ha tomado posesión de los terrenos.

La intención del nuevo regidor 'margalidà' es levantar en la amplia parcela que había pertenecido a la familia de Fuster un equipamiento público de tipo "cultural, social o educativo" para los ciudadanos del municipio, sin concretar qué tipo de servicios se ofrecerían desde el centro. "Lo decidiremos entre todos", añadió. Eso sí, el futuro equipamiento llevará el nombre de la madre de Fuster, una de las últimas voluntades del expresidente de Endesa, según subraya el alcalde.

Monjo asegura que ya ha convocado al abogado que ha tratado esta cuestión para el Ayuntamiento con el objetivo de "agilizar" la situación de los terrenos de Fuster para que "sean para el ayuntamiento de Santa Margalida".

El ingeniero 'margalidà' fallecido en 2012 había condicionado la donación de sus terrenos en la Vila a la entidad Amadiba a la habilitación de un centro social para discapacitados, unas condiciones que, según Monjo, "no se pueden cumplir". "Ya han pasado cuatro años, no podemos esperar toda la vida porque los de Amadiba no van ni para adelante ni para atrás", añadió.

Según el testamento de Feliciano Fuster, si la entidad beneficiaria no cumplía la condición de crear un centro sociocultural para discapacitados, los terrenos revertirían a partes iguales a favor del Ayuntamiento y de la parroquia, si bien la iglesia estaba dispuesta a renunciar a su parte. No obstante, el testamento no establecía ningún plazo para que Amadiba cumpliese con la última voluntad de Fuster.

Se da la circunstancia de que en el momento de conocer la herencia del ingeniero, Amadiba reformaba el casal de Ca na Marona para habilitar una residencia para personas con discapacidad intelectual. La entidad aceptó la donación de Fuster en 2012, que calificó de "sueño", pero admitió que no tenía fondos para cumplir su deseo porque atravesaba una mala situación económica, con problemas incluso para pagar las nóminas a sus empleados.

Al parecer, según ha desvelado Joan Monjo, representantes de Amadiba intentaron negociar con el Ayuntamiento en la pasada legislatura una posible renuncia a los terrenos de Fuster a cambio de una compensación económica municipal que se destinaría a fines sociales. Este hecho fue confirmado ayer a este diario por el entonces alcalde, Antoni Reus (Suma pel Canvi). No obstante, las conversaciones no llegaron a fructificar. "Yo estaba rotundamente en contra de ello", precisó ayer Joan Monjo, decidido a recuperar los terrenos de Fuster para el municipio 'margalidà' por la vía legal.

Por otra parte, Fuster había dejado escrita una sugerencia al Ayuntamiento para que facilitara a nivel normativo el proyecto de Amadiba en la antigua fábrica de licores y la posterior puesta en marcha de la iniciativa. No obstante, la institución municipal replicó entonces, cuando Miquel Cifre (PSOE) era alcalde, que no estaba prevista ninguna modificación urbanística en la zona.

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