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Entrevista

Margarita Gelabert: "Un gurú me dijo que me dedicaría a ayudar a otras personas"

"No soy materialista, si con la tienda puedo mantener a mi hija y a mí, me doy por satisfecha"

Margarita Gelabert, junto a un campesino, en una de sus visitas a Nepal. m. g.

Acostumbramos a ver famosos y gente con una gran capacidad económica participando en actos benéficos. Sin embargo, la tarea silenciosa de mucha gente es igual de importante en los proyectos de cooperación que se realizan sobre el terreno. La 'alaronera' Margarita Gelabert Mateu tiene experiencia en colaboraciones con organizaciones solidarias, principalmente en Nepal.

No obstante, el trabajo de concienciación también se puede llevar a cabo aquí. Un ejemplo es que el grupo Quatre Llunes, un conjunto de amigos que se unieron para cantar en causas solidarias, celebró un concierto benéfico a favor de Nepal, organizado por la Tienda Kurma de Alaró, en el teatro municipal. El concierto contó con la asistencia de más de un centenar de personas, que de un modo u otro quisieron colaborar con esta iniciativa promovida por Margarita Gelabert.

-¿Cómo empieza su andadura como voluntaria?

-Desde pequeña había querido ir como misionera a algún sitio. Sin embargo, por una desgracia familiar, mi padre me aconsejó no irme y me dijo que, más adelante, seguro que llegaría mi momento.

-¿Y ha llegado ese momento?

-Sí, hace unos años coincidí con un gurú, un maestro espiritual en el marco del hinduismo, quien me miró a los ojos y me dijo que yo era una persona a la que le gustaba ayudar a la gente y que a ello me iba a dedicar. Además, la pobreza que vi cuando viajé a Nepal me impactó tanto que decidí que tenía que hacer algo para ayudar a la gente. Había llegado mi momento.

-Ahora regenta una tienda de ropa hindú, ¿cómo surgió esa idea?

-Comparando los dos 'mundos', lo que veía allí y lo que tenía aquí, me sentía afortunada pero no completamente feliz, pues siempre estaba pensando en que allí había toda esa gente que sufría. Así que decidí que parte de mis ganancias de la tienda se destinarían a ayudar a esa gente. No me considero una persona materialista, así que con poder mantener a mi hija y a mí, me doy por satisfecha.

“Hemos podido montar una escuela con condiciones para que los menores puedan estudiar”

-Pasa largas estancias en Nepal, ¿cómo compagina la vida allí con la de aquí?

-Antes solía pasar entre cuatro y cinco meses allí; mientras que en mi tienda siempre había alguna persona de confianza que me seguía llevando el negocio. Con la enfermedad de mi madre y el nacimiento de mi hija, tuve que ir acortando mi estancia en Nepal, pasando unos dos meses allí y el resto aquí, mientras que familiares y amigas cuidan de mi niña y del negocio. Ahora es cuando más difícil se hace todo, porque es difícil dejar a mi hija, pero la verdad es que también me resulta complicado dejar a los niños de allí sin nada.

-¿Cómo es su trabajo en Nepal?

-El tiempo que estoy aquí voy recaudando todo el dinero que puedo y el material necesario para podérmelo llevar. Pero cuando llegas allí todo es mucho más difícil. Tengo a diversas personas de contacto, ya que no puedes confiar en mucha gente. Lo cierto es que incluso cuando vas a ayudar, te ponen impedimentos.

-¿Qué cosas ha logrado allí?

-Pues hemos podido montar una escuela con condiciones para que los menores puedan estudiar y tengan unos uniformes y otros materiales necesarios para el estudio, como libros o mapas. Y también se han podido obtener otras cosas para que puedan divertirse: pelotas de fútbol, combas. Para los profesores se han podido conseguir ordenadores y proyectores.

-Y en esta aventura, ¿se ha sentido arropada por su familia?

-Por suerte cuento con el apoyo de mi familia, aunque soy consciente de que lo pasan mal cuando estoy allí, preocupados en si me pasa algo. A mi madre le costó entenderlo, porque sufría por mí. Y es que sé que es difícil entenderlo si no vives la experiencia, lo que me ha creado a veces algún momento de tensión con ellos, aunque me siento arropada por mi familia y amigos.

-¿Se ha planteado irse a vivir allí?

-Me lo llegué a plantear cuando mi madre falleció, pero poco después nació mi hija y consideré que ese no era el lugar donde tenía que criarla, ya que no la podía exponer a ese peligro.

-¿Le gustaría que su hija conociera ese mundo?

-Pienso que mi hija tiene que conocerlo. Me encantaría que cuando fuera más mayor me acompañara en esos viajes, la verdad es que me sentiría muy feliz y orgullosa.

-En Alaró ha iniciado diversas campañas solidarias para recaudar fondos para Nepal, ¿cómo valora la respuesta de sus vecinos?

-Me siento muy afortunada y orgullosa de mi pueblo, ya que siempre participan en los actos benéficos que se organizan o vienen a la tienda. También cuento con el apoyo de gente de otros pueblos. La verdad es que estoy muy agradecida por toda esta ayuda.

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