El conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, admitió ayer en sede parlamentaria, tras una pregunta del grupo de Podemos, que todavía "queda mucho camino" para alcalnzar un acuerdo con los trabajadores de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) que permita desconvocar la huelga, aunque precisó que "hay voluntad de acuerdo" y expresó su esperanza de que la reunión prevista para mañana jueves entre las partes en conflicto sirva para "cerrar caminos de trabajo" de cara a una resolución del problema.

Asimismo, Pons reconoció los "déficits" que tiene SFM en infraestructuras y atención a usuarios y también en el ámbito laboral y recordó que en todas las pasadas legislaturas se han producido "conflictos laborales" entre la empresa pública y su plantilla.

Mientras el conseller ofrecía explicaciones en el Parlament, en el corredor ferroviario se llevaba a cabo la sexta jornada de huelga convocada por los trabajadores de SFM, en la que según la información aportada por la empresa pública, se cancelaron 55 trayectos de tren, 17 de ellos en el corredor Palma-Inca (uno entre Manacor e Inca), 22 en la línea de metro M2 entre Palma y Marratxí y 16 en la línea M1 entre Palma y la UIB.

La jornada transcurrió sin incidentes destacables, según aseguraron los trabajadores, que reiteraron sus críticas por los servicios mínimos decretados por el Govern, que ayer alcanzaron, según sus estimaciones, el 80 por ciento de los trayectos ferroviarios.

Al contrario que en las últimas jornadas de parón, ayer no se registraron retrasos destacables en los trayectos no suspendidos por el conflicto laboral. "Ha sido el día más tranquilo hasta la fecha", aseguraron fuentes del comité de empresa, que cifraron el seguimiento de la huelga en un 90 por ciento.

Los trabajadores volvieron a contradecir al conseller Pons y aseguraron que los contactos mantenidos han sido infructuosos. La reunión del pasado viernes no avanzó hacia un posible acuerdo porque "el gerente de SFM dijo que no tenía competencias para resolver nuestras demandas", por lo que mañana jueves el comité se reunirá con la directora general de Trabajo, un departamento que podría desbloquear el conflicto por la naturaleza de las demandas de los trabajadores.

Una de las reivindicaciones más importantes es la supresión del tope salarial impuesto a los trabajadores, que impide que el progreso en la escala ferroviaria vaya acompañado de mejoras salariales. El convenio está congelado desde la pasada legislatura.

El conseller Pons aseguró ayer en el Parlament que la administración tiene "a punto" el título de maquinista y "avanzada" la relación de puestos de trabajo. También admitió "esfuerzos" para "readmitir a los despedidos de forma improcedente" durante el mandato de José Ramón Bauzá.