Este año no hay oliva mallorquina. La cosecha ha sido prácticamente nula y eso está provocando que los precios aumenten de forma visible. Diferentes agentes del sector confirman que la subida de precios, en estos momentos, ronda el 25 por ciento, aunque es preciso indicar que todavía no es el precio final pues podría incrementarse aún más.

Los vendedores están pugnando por adquirir oliva de la variedad mallorquina, también denominada empeltre. La mejor, también de forma coincidente, es la que se recolecta de los olivos centenarios de la Serra de Tramuntana.

Joan Bernat, de la firma Conservas Bernat de Caimari, explica que "el problema no es que haya sido una mala cosecha, es que es una cosecha inexistente. No hay oliva, sólo pequeños rodales en ciertas fincas donde cuidan mucho los olivos". Para Bernat "hablar de precios o de una guerra de precios es casi una discusión bizantina pues realmente lo que hay en el mercado es tan poco que ni aumentándolo mucho es negocio ni para el que vende ni para el que compra". Conservas Bernat tuvo, el año pasado, una producción de oliva trencada de 60 toneladas aproximadamente. "Este año dificilmente lograremos envasar 5 toneladas", asegura.

Otros conserveros están pagando la oliva a unos 2,50 euros el kilo cuando el año pasado se pagaba a 2,10 aproximadamente.

Calidad

Joan Ramis, gerente de Conservas Rosselló de Llubí, explica que su empresa está pagando este año a razón de 2,60 ó 2,70 euros el kilo "dependiendo de la calidad, evidentemente a ese precio ha de ser una oliva muy buena, muy fina", pormenoriza.

En lo que sí coinciden todos es en la dificultad de encontrar payeses en disposición de vender.

La DO Oliva de Mallorca ya anunció hace más de un mes que la cosecha se reduciría en más de un 80 por ciento respecto del año pasado. En 2015 se produjeron 70 toneladas de oliva de la variedad mallorquina con denominación de origen.

Cabe destacar que el problema para los conserveros se centra especialmente en la oliva para vender partida (olives trencades) pues es preciso indicar que aún hay un buen stock de oliva entera del año pasado.

Las olives trencades son las que se consumen primero pues, precisamente por estar partidas, son las que primero están a punto. "Cabría la posibilidad de coger parte de la oliva entera del año pasado y partirla ahora para venderla como 'oliva trencada' -apunta uno de los entrevistados- pero evidentemente no es lo mismo que usar oliva fresca del año".

Existe también la posibilidad de usar otras variedades como la picual, que es una variedad de oliva para aceite. Sin embargo, no es la misma calidad pues es de un sabor más intenso y amargo y, evidentemente no podría comercializarse como oliva de Mallorca.

De hecho muchos pequeños puestos de venta en los mercados y en las ferias están empezando a ofrecer olivas a granel para salar. En muchos casos se trata de otras variedades evidentemente.

Lluís Pomares, payés de Biniamar y vendedor de oliva, explica que "todas las olivas pueden destinarse a conserva, que duda cabe, pero evidentemente no es la misma calidad que la oliva mallorquina, que es específicamente una oliva de mesa".