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Investigación

El Ayuntamiento de Inca detecta que alguien está envenenando árboles

Hace unos días cayó un álamo blanco, lleno de clavos, sobre un coche en la calle Josep M. Llompart

Sección del tronco del árbol caído en el que se ven los clavos. P. C.

La Policía Local de Inca está investigando el presunto envenenamiento intencionado de árboles en algunas zonas de la ciudad de Inca. Se han detectado especímenes muertos a los que se les había envenenado con pesticidas y otras formas de matarlos.

Las sospechas comenzaron hace unas semanas cuando un álamo blanco de grandes dimensiones se desplomó sobre un vehículo estacionado en la calle Josep Maria Llompart. En una primera inspección ocular la Policía Local detectó la presencia de gran cantidad de hormigas en el tronco, que estaba podrido y minado. No obstante, el análisis del perito especializado desveló la causa real de la muerte. Había sido literalmente aseteado con clavos de cobre. El especialista del departamento de Parques y Jardines no dejó lugar a dudas acerca de que la muerte del árbol había sido provocada intencionadamente.

Los clavos de cobre intoxican la savia del árbol al oxidarse y provocan podredumbre. Una vez muerto, el tronco es atacado en muchas ocasiones por insectos, pero es un efecto secundario y no la razón de la muerte.

Lejos de tratarse de un hecho aislado, el mismo experto constató que muchos árboles de la zona próxima al referido presentaban síntomas de enfermedad. En dicho lugar se encuentran muchos álamos blancos (polls, en catalán) además de falsos pimenteros. El especialista observó como los álamos blancos tenían muchas ramas muertas; una anomalía, que por repetitiva le indujo a pensar que podría tratarse de una plaga o de un envenenamiento.

Finalmente se ha confirmado que alguien está envenenando árboles en algunas zonas. Los operarios municipales descubrieron perforaciones en la base del tronco de los árboles enfermos.

El experto municipal descarta que se trate de agujeros de insectos minadores pues son exactamente del mismo diámetro. "Comprobados con un pie de rey, se constató que los taladros tenían todos un diámetro de ocho milímetros por lo que no cabe duda que se han practicado con una broca", explica el perito. "Además, todos han sido practicados inclinados y en sentido descendente, como si se quisiera verter algún líquido deseando que permaneciera en el interior el tiempo suficiente como para que árbol lo absorbiera", concluye.

Indignación

El informe ha provocado la indignación del concejal de Medio Ambiente, Àngel Garcia, quien asegura que "nos encontramos ante una actuación irresponsable y deleznable, no sólo por el perjuicio causado a los árboles de diferentes calles, sino por el peligro en que se pone a muchos peatones que puedan verse sorprendidos por el desplome de alguna rama". El propietario del coche afectado ha pedido una indemnización al consistorio. Garcia asegura que prefiere ni pensar "las consecuencias si hubiera caído sobre una persona".

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