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Entrevista

Pere Salas Vives: "Clara Hammerl era mucho más que la esposa de Cifre de Colonya"

"No llevó duelo ni cuando murieron su marido y su hija; siempre iba de blanco, símbolo de su ideal de higiene"

El historiador Pere Salas sostiene un ejemplar de su último libro, una biografía de Clara Hammerl. p. s.

Autor de numerosos libros históricos sobre el municipio de Pollença, con la publicación de la biografía ‘Clara Hammerl. Una dona de paraula’ (El Gall Editor), Pere Salas ha querido profundizar en la figura, todavía desconocida para el gran público, de la esposa de Guillem Cifre de Colonya, una mujer íntegra que ejerció de profesora en la escuela laica y posteriormente sustituyó a su marido al frente de la caja de ahorros en la primera experiencia conocida de dirección femenina de una entidad financiera. Su labor fue muchas veces incomprendida en la sociedad de su época.

-Resuma su biografía. ¿Quién fue Clara Hammerl?

-Nació en la ciudad prusiana de Bromberg (hoy situada en el norte de Polonia) en 1860. Después de trasladarse con su familia a Berlín, en el año 1889 se casó con Guillem Cifre de Colonya y el matrimonio pasó a residir en Pollença, concretamente en la casa pairal que los Cifre de Colonya tenían en la calle Mallorca. Pronto se sintió plenamente identificada con el ideal ‘krauso-institucionista’ de su marido y de la obra que este había iniciado en Pollença. Impartió clases en la escuela laica y fue seguidora de los principios de la Institució Lliure d’Ensenyament creada en Madrid en 1879. Participaba activamente en la escuela y en la caja de ahorros fundada en 1880. Después de que su marido se suicidase, en el año 1908, Clara continuó al frente de la escuela y de la entidad financiera, sin descuidar la gestión de la propia hacienda y la dedicación a sus dos hijos. Murió en 1931 en Argentina.

-¿Cómo surgió la idea de explicar la historia de esta mujer?

-La descubrimos cuando hicimos la biografía de Guillem Cifre de Colonya. Era un personaje desconocido y lo poco que se conocía de ella era despectivo: decían que era un ‘masclot’, que no era simpática, que no era como las otras...Sucedió a Cifre de Colonya al frente de la caja de ahorros, siendo la primera mujer del Estado español y tal vez de todo el mundo que dirigió una entidad financiera. Y esto no era bien visto porque desempeñaba roles que eran propios de los hombres. Ya era raro que ejerciese de maestra estando casada, porque este papel era reservado a las solteras o a las monjas, y más si tenemos en cuenta que era una escuela para adultos y gratuita.

-¿Durante el proceso de documentación ha descubierto algún aspecto desconocido hasta la fecha de Clara Hammerl?

-El hecho de ponerla a ella en el centro del estudio abre otra dimensión. Hace unos meses, un historiador alemán, Ekkehard Schönherr, que ha realizado una tesis sobre el turismo alemán en Mallorca, encontró la obra de una viajera teutona de principios del siglo XX que se topó con Guillem Cifre y Clara Hammerl en Pollença y quedó muy sorprendida de la labor que hacían. Ofrece una visión más amable de ella que la que se tenía hasta la fecha.

“No era bien vista en su época porque desempeñaba roles que tradicionalmente eran propios de los hombres”

-Mujer de palabra. ¿Por qué ha titulado así la biografía?

-Uno de los elementos que define a Clara Hammerl es su carácter, muy firme. Cuando se comprometía a hacer algo, lo hacía. En 1889 se comprometió con su marido casándose con él y llevando a cabo la obra tanto en la escuela como en la caja de ahorros. Lo consideraba una misión. El compromiso fue tan fuerte que cuando murió su marido ella se puso al frente de todo. Todo esto le causará problemas con la gente e incluso con su hija. Provenía de Prusia, era muy alemana, y esto contrastaba con la forma de ser de los mallorquines de la época.

-¿Era una mujer muy avanzada a su época?

-Totalmente. Ella actuaba como si fuera un hombre, también en la forma de vestir. No llevaba duelo ni cuando murieron su marido y su hija. Siempre iba de blanco, símbolo del ideal de higiene que ella defendía. De hecho, sus hijos iban rapados a cero por temas higiénicos y llegó a abandonar la casa del pueblo para huir de los malos olores, construyendo una casa que tenía en cuenta todos estos aspectos, ubicada sobre una pequeña montaña. También participó en actos políticos y en ocasiones se sentó en la mesa presidencial del Partido Republicano.

-¿En qué vertiente destacó más su labor, en la escuela laica o en la caja de ahorros?

-Ella destaca en general como continuadora de la labor de Guillem Cifre de Colonya. El momento clave es cuando muere su marido y ella sabe hacer de puente entre los ‘pollencins’ y la empresa creada por Cifre. Decide hacerse cargo de todo y quedarse al pie del cañón. Busca maestros para la Institució d’Ensenyament y gestiona la hacienda familiar. Ejerce de señora, gestora, inversora e incluso de jornalera, ya que existen fotos en las que aparece recogiendo almendras. Un dato curioso es que siempre iba a pie hasta la ‘possessió’ de los Cifre de Colonya. Decía que si tenía piernas era para usarlas.

-¿Era una mujer popular en su época?

-Era muy conocida, pero no demasiado apreciada. No era una persona simpática y ello le dificultó la adaptación. Su compromiso adquiere tintes heroicos por diferentes causas. Padeció el rechazo de buena parte de la sociedad tradicionalista mallorquina debido a su doble condición de institucionista y luterana en una sociedad eminentemente católica. También cabe destacar que casi no podía hablar con nadie por razones lingüísticas: sabía hablar castellano pero la gente en aquella época solo hablaba catalán. Después ella aprendería la lengua propia de la isla y la hablaría con sus hijos.

-¿Cree que una figura tan interesante como la de Clara Hammerl está sufientemente valorada actualmente?

-No. El hecho de ser una mujer explica en parte su invisibilización histórica. Nadie hablaba de ella, como si nunca hubiese existido. En los últimos tiempos se ha avanzado en este aspecto. Desde el año 2013, Clara Hammerl es hija adoptiva de Pollença y actualmente el instituto del Moll lleva su nombre. Poco a poco será una figura más valorada, pero hemos tenido que llegar al siglo XXI para difundir su biografía. Su marido fue valorado mucho antes que ella, pero también es cierto que era un fuera de serie y es normal que se le reivindique.

-Dicen que detrás de todo hombre exitoso hay una gran mujer. ¿Se confirma el dicho?

-Clara Hammerl no se limita a ser la mujer de Guillem Cifre de Colonya. Es mucho más que eso, tiene una vida propia porque a partir de 1908, cuando muere su marido, todavía da mucho más de sí. Con la escuela no acaba de salirle bien porque faltaban colaboradores y alumnos, pero sí con la caja de ahorros, que ya estaba muy consolidada. Más adelante cede la dirección y se dedica en cuerpo y alma a sus hijos. Llegó a irse a Oregón con su hijo para que estudiase ingeniería y solo regresó cuando él se licenció. Con su hija, en cambio, acabó mal porque no compartía su idea de casarse pronto y además con una persona que no le caía bien. Finalmente la siguió hasta Argentina, donde Clara murió en 1931.

-¿Su gestión al frente de la caja de ahorros fue continuista?

-No existe documentación sobre esta etapa porque no hay libros de actas, pero podemos intuir que la gestión fue continuista ya que la caja seguía siendo una institución muy valorada, a diferencia de la escuela, considerada por los sectores más conservadores como la escuela de los ‘progres’ o de los republicanos. En 1893 el obispado de Mallorca convocó una Santa Misión para recristianizar Pollença porque no veían con buenos ojos la escuela laica de Cifre, definida por el obispo como la causa de todos los males, y también porque había una capilla protestante que no tenía nada que ver con Hammerl.

-¿Se puede definir a Hammerl como una mujer de izquierdas?

-Al menos de centro-izquierda, pero de una izquierda que acepta el capitalismo, partidaria de la modernización y el progreso desde la educación.

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