El conjunto religioso de Sant Bernadí de Petra, fundado por la orden de los franciscanos en la segunda mitad del siglo XVII, se incorporará a la red de visitas públicas organizada por la entidad Spiritual Mallorca, una iniciativa privada especializada en generación de productos turístico-culturales en la isla. A raíz de esta decisión, el convento podrá ser visitado por el gran público junto a otros monumentos religiosos y de gran interés histórico como el convento de Sant Francesc, los santuarios de Cura y Lluc, el monasterio de la Real, la Porciúncula y la Casa Museu de Sant Juníper Serra.

De hecho, la figura del colonizador de California está muy relacionada con el convento de Sant Bernadí, cuya construcción se inició en el año 1657 con un estilo renacentista y finalizó veinte años más tarde, en 1667.

San Junípero Serra, que nació en Petra en el año 1713, recibió en este convento su primera formación y educación religiosa. El entonces niño Miguel José Serra descubrió la fe en este templo de Petra, cuya influencia fue fundamental para que Junípero ingresara en la orden de los franciscanos en el año 1731, cuanto tenía 17 años de edad. Su paso por el convento también habría despertado las ansias misioneras del joven Serra.

Según explican las crónicas, Junípero Serra siempre guardó un buen recuerdo del convento de Petra. Su familia también estuvo muy vinculada a este templo. De hecho, los restos de sus padres y su hermana descansan en la cripta de los Devotos de la Purísima, que se encuentra en el centro de la nave de la iglesia que a partir de ahora se abrirá a las visitas públicas.

Sin embargo, el mayor vínculo que se conserva en nuestros días entre el convento de Sant Bernadí y la figura de Junípero Serra se refiere a los topónimos de las principales misiones que el santo fundó en la Alta California, que coinciden con los nombres de los santos venerados en las capillas barrocas del convento 'petrer'. Ejemplo de ello son San Francisco, Los Ángeles, San Diego, Santa Clara, San Antonio o San Juan de Capistrano.

En las dependencias de las antiguas sacristías del convento de Sant Bernadí se muestran algunos objetos relacionados con la tarea misionera de Junípero Serra y una colección de cuadros que reproducen diferentes episodios de su vida y sus obras.

En 1749, Serra pronunció su último sermón en la parroquia de Petra y posteriormente subió a Bonany, donde se habría despedido de sus paisanos. El 13 de abril de ese año, partiría hacia el continente americano.