Que a nadie le extrañe ver en los próximos días a honorables regidores de Calvià estirando con cinta en la cabeza y muñequera por los pasillos del Ayuntamiento, o corriendo o haciendo flexiones o dando volteretas o levantando mancuernas. Que a nadie le extrañe, porque no es que hayan perdido la cabeza (de momento). El tema es que, en breve, tendrán que enfrentarse a una dura prueba física para la que necesitan estar en forma tras los excesos que siempre se producen en verano: un pleno con una duración que no desmerecerá a esos 'Iron Man' que afrontan los triatletas con la lengua fuera.
La sesión plenaria del próximo jueves día 29 de septiembre amenaza con batir todas las plusmarcas anteriores en cuanto a duración, todo un hito en año olímpico. Tras el parón de agosto, la agenda de temas que se someterá a debate de los ediles será extensa. Desde la toma de posesión de la nueva regidora, Isabel Manresa, en nombre de Podemos, aunque Podemos ha suspendido al círculo en que milita, a la aprobación de un largo reguero de disposiciones fiscales y densas ordenanzas.
En el Ayuntamiento, ya hay quien hace cálculos de cuánto puede a llegar a durar el pleno. Los diferentes grupos municipales dan por hecho que tendrá que hacerse en dos sesiones: el jueves (de 16 horas hasta la medianoche) y, seguramente, el viernes de mañana o de tarde. La cosa pinta tan mal en cuanto a tiempo que algunos grupos ya han consensuado no presentar mociones para no alargar aún más el debate. Calvià, pues, se prepara para rebasar un récord, en este caso no olímpico, sino plenario.
