Los desplomes en el precio de la llampuga han obligado al propio sector a tomar medidas drásticas para corregir lo más rápidamente la tendencia a la baja en la zona de pesca de Cala Rajada; entre ellas la reducción a la mitad en el volumen de las capturas, que pasa ahora de los 200 a los 100 kilos por embarcación y día, un revés para lo que venía siendo habitual hasta ahora.
El hecho de que los ejemplares fueran pequeños (a pesar de que la captura no ha disminuido), ha provocado que los productores llegaran a vender el pescado a tan solo un euro el kilo, e incluso a tener devoluciones inesperadas por parte de las grandes superficies que las venden.
Ante esta problemática situación, OPE Mallorca Mar, la organización del sector pesquero que gestiona la venta del pescado fresco, decidió reducir el cupo de capturas. Esta medida de momento está permitiendo que las barcas puedan vender el pescado con una media que oscila en torno a los cinco euros el kilo.
El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Cala Rajada, Pedro Mercant, atribuía ayer a una serie de causa anómalas ocurridas durante los últimos años, la situación que se está viviendo estas semanas la pesca de la llampuga. Ademas de que los ejemplares son pequeños y difíciles de vender, también hay que pensar que en los últimos años ha crecido el numero de embarcaciones que se dedican a su captura.
Imagen de la pesca de llampuga tomada ayer por la mañana cerca de Cala Rajada. B. CAPÓ
Solamente en la cofradía gabellina hay nueve embarcaciones y se calcula que en toda Mallorca son unas 50. Este incremento de embarcaciones junto con la buena temporada de pesca, han provocado que llegue más pescado del habitual a las pescaderías y, teniendo en cuenta que la demanda no ha crecido, "nos ha llevado a esta situación drástica para algunos pescadores de llampuga", manifestaba Mercant.
Si aplicamos el cupo recientemente establecido pues, tenemos que cada día se pescan en las aguas de Mallorca cinco toneladas de este pescado, cantidad que se duplicaría con el anterior cupo de 200 kilos por embarcación, lo que provoca una saturación del mercado, al no haber crecido la demanda del consumidor.
