La lluvia que, por fin, hizo ayer aparición en la isla y que también llegó al municipio de Calvià no frenó el desembarco del Rei en Jaume en Santa Ponça, punto de partida de la conquista de Mallorca de la que este año se cumplen 787 años. Las tropas sarracenas no pudieron contener el avance de los cristianos en las difereentes batallas que se libraron por el control territorial en los puntos donde la Historia fija las primeras embestidas entre los defensores de la isla y los conquistadores.

El acto central de las fiestas del Rei en Jaume reclamó la atención de cientos de personas, entre curiosos y participantes, que se concentraron sobre las 17,30 horas en la Creu de Santa Ponça, donde las crónicas ubican el desembarco de Jaume I. Poco después, las tropas cristianas hacían acto de aparición por vía marítima, donde esperaban las diferentes collas de ambos bandos para iniciar el tradicional desfile hasta el caló den Pellicer. Allí se produjo la primera batalla cuerpo a cuerpo. Participaron ocho collas cristianas y doce moras. El Rei en Jaume era representado este año por el joven Pau Valls, mientras que el líder sarraceno Abú Yahya fue recreado por Manuel Machado. Ambos cumplieron a la perfección con su papel de líderes enfrentados. Tampoco faltaron los 'xeremiers' y los Gegants de Calvià, Jaume I y Violant d'Hongria.

Después de esta primera batalla, las tropas siguieron adelante por la Avinguda Rei Jaume I y la Gran Via Puig de Galatzó antes de llegar a la playa grande de Santa Ponça, donde se llevó a cabo, un año más, el combate definitivo que confirmó la fuerza de las tropas cristianas e insufló ánimos a los caballeros para la conquista de toda la isla de Mallorca.

Antes de la batalla final se representó el Ball dels Escamots, una tradición puesta en marcha hace unos años que se ha convertido en fija en el programa de fiestas del Rei en Jame que culmina hoy domingo.