Fin a catorce años de incertidumbre, trámites administrativos y procesos judiciales. La conselleria de Medio Ambiente confirmaba ayer a este periódico que, acabado el plazo para la presentación de proyectos para la nueva piscifactoría de Portocolom, no se había registrado ninguna solicitud para iniciar los trámites de la infraestructura, lo que descarta definitivamente las cuatro jaulas de 70 por 70 metros para el engorde de doradas y lubinas que el promotor, Miquel Planas, tenía previsto situar a una milla náutica de la entrada del puerto felanitxer.

Se acaba también el malestar tanto del Ayuntamiento como de ecologistas y vecinos de Portocolom, ante el temor del grave perjuicio ecológico y económico que una instalación de este tamaño: 112.000 metros cuadrados en total y 5.000 solo de jaulas, podía tener en una zona tan sensible.

Este era el último resquicio legal para poder situar la piscifactoría a tan poca distancia de la costa. El inicio de los trámites anteriores a la nueva normativa de 2013, todavía lo hacían posible hasta principios de esta semana. A partir de ahora dichas instalaciones, en caso de prosperar, no podrán situarse a menos de cinco millas náuticas de la línea costera y a al menos 90 metros de profundidad.

En septiembre de 2002, Miquel Planas presentó ante la conselleria de Agricultura y Pesca, una solicitud de autorización para una granja de engorde de lubinas y doradas, con una producción prevista de hasta cien toneladas anuales. Una concesión que de hacerse efectiva podía ser de al menos diez años prorrogables.

La voluntad de tener una mejor acogida administrativa y apagar las protestas de vecinos, consistorio y GOB hicieron que finalmente, en agosto de 2006, el promotor modificara el proyecto para alejarlo de los LIC (Lugar de Interés Comunitario) marinos de la costa de Llevant. La dirección general de Biodiversidad elaboró entonces un informe positivo. Pero apenas un año después, en mayo de 2007, la conselleria de Agricultura y Pesca decidió rechazar la autorización, basándose en la oposición en pleno del ayuntamiento de Felanitx, las alegaciones de la Asociación Balear de Pesca Recreativa Albacora, y el hecho de que entre 1984 y 2007 ninguno de los nueve proyectos de cultivo de peces en cautividad habían prosperado económicamente.

Argumentos sin embargo, que en abril de 2012 el Tribunal Superior de Justicia de Balears revocó. Por lo que con el visto bueno tanto de Madrid como de la Comisión Balear de Medio Ambiente, el proyecto continuó su andadura hasta esta semana, cuando todos los plazos han expirado.

La otra piscifactoría

El 20 de diciembre de 2005, operarios de la antigua cooperativa de pescadores sacaron del puerto de Portocolom las 18 plataformas flotantes que quedaban. Era el supuesto punto y final a 22 años de piscifactorías en la zona este de la isla.

El aumento de la contaminación marítima y la falta de rentabilidad de las explotaciones, unido a los cada vez más numerosos episodios de gamberrismo y la necesidad de dragar el puerto, hicieron que el negocio de engordar peces en cautividad terminara languideciendo. En sus mejores momentos llegaron a producir cada año unas 20.000 doradas y entre 15.000 y 20.000 lubinas.