Aparcar en Lloret el pasado sábado resultó una tarea difícil. El Ayuntamiento, en previsión, dispuso dos fincas rústicas a cada salida del pueblo para evitar atascos en el interior. No era para menos pues la fiesta des Sequer resultó un éxito tanto de expositores como de visitantes.

Más de 120 variedades de higos se expusieron en la plazoleta dels Tarongers. Junto a la exposición, organizada en caballetes de madera y graciosos cestillos de paja se colocaron unos tradicionales canyissos d´albó de porrassa en los que se colocaron hojas de higuera y diversas variedades de higos para degustación de los visitantes. Junto a ellos algunos cuencos con higos pasos en anís, que ni que decir tiene que fueron los primeros que se acabaron.

Ante la iglesia se colocaron algunos artesanos que hacían demostraciones de sus habilidades, destacando especialmente la de cordar sillas.

Comida

Muy próxima se ubicó también la muestra gastronómica, donde se encontraban propuestas muy originales junto a las tradicionales. Por supuesto que todas ellas tenían al higo como ingrediente principal. Sugerentes eran algunos pinchos como el de porcella amb figues y otros, recurrentes, pero que a la vez demostraban las posibilidades de dos grandes alimentos tradicionales: la sobrassada y el higo. Juntos formaban un bocado exquisito.

No faltaron los vendedores de higos frescos y pasas ni tampoco los artesanos de otros ramos como las bisuteras y las costureras.

El centro del pueblo lució esplendoroso, adornado con cañas de torrente y telas blancas.