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Medio ambiente

Montuïri planta cara a las palomas y los problemas derivados de sus excrementos

El Ayuntamiento ha instalado tres jaulas para atrapar a unos animales que anualmente causan caídas, contaminan cisternas, manchan ropa o deterioran edificios

Indeseados visitantes vuelan sobre el casco urbano de Montuïri. biel gomila

Ni más ni menos que hasta 1.400 palomas, la mayor parte de ellas dentro del casco urbano, han sido capturadas desde marzo del pasado año hasta este mes de julio en Montuïri. La preocupación por solucionar los graves problemas que ocasionan estos animales y sus excrementos ha sido una constante, ya durante los años de gobierno del anterior equipo municipal del Partido Popular, y que continúa actualmente con el nuevo ayuntamiento que encabeza Més. Se han cumplido ya más de dos años del inicio de la campaña municipal para liberar a Montuïri de esta plaga y todavía no se ha extinguido, con lo que se han tomado nuevas medidas correctoras.

En estos momentos el Ayuntamiento tiene instaladas tres jaulas para su captura. Una está situada en el corredor exterior ubicado en la parte más alta del campanario, la segunda, en el edificio de Sa Nostra en el carrer Major, y una tercera móvil que es desplazada a donde hayan aparecido nuevas colonias (últimamente, en las proximidades de la Creu den Gegues). Cada dos días, el funcionario municipal Llorenç Mayol se encarga de subir a los tres puntos indicados. Recoge las palomas que se han cazado y repone el alimento que sirve de anzuelo.

Las consecuencias

Hace un año, en el pleno ordinario del mes de agosto, Guillem Mas, concejal del PSOE, puso sobre la mesa "un problema que ya resulta crónico: el de la plaga de palomas en el casco urbano". Heces fecales en la calle que han producido alguna caída grave, presencia y deterioro en las viviendas e incluso en el ecomuseo, cisternas cuya agua no se puede beber... son solo algunos de los problemas que los miembros de los tres partidos (PP, Més y PSOE) trataron con el objetivo de apuntar soluciones. A sus intervenciones se añadió una vecina que había acudido a la sesión para denunciar "la imposibilidad de tender la ropa en su propia casa".

Interior del campanario, también afectado. B. GOMILA

El problema nació y creció desde el momento en que se cerraron las ventanas de los pasillos superiores del templo parroquial. Hasta entonces, el sacristán y un cazador, se encargaban de encerrar a los animales en las dependencias exteriores y los atrapaban con más o menos facilidad. "Ahora (manifiesta Llorenç Mayol, el policía municipal) se han esparcido por el casco urbano y sus inmediaciones. Eso sucede porque no tienen cobijo, lo que ha hecho que hayan proliferado al haber aumentado su cría".

Na Pelada, la antigua discoteca (de donde afortunadamente, muchas ya han desaparecido últimamente), las casetas de fora vila y los domicilios urbanos deshabitados que mantienen las puertas o ventanas abiertas son los sitios que les sirven de habitáculo improvisado. El problema es que pueden anidar en casi cualquier sitio, incluso debajo de las tejas o en los mismo canalones pluviales de desagüe.

Indeseados visitantes vuelan sobre el casco urbano de Montuïri. BIEL GOMILA

En cuanto a la presencia de palomas en el casco urbano, Mayol expone la teoría que al final cada año acaba por cumplirse: "existen dos épocas totalmente diferenciadas. Después de la cosecha de cereales, es decir entre los meses calurosos de junio, julio y agosto, no acuden con tanta frecuencia a la jaulas para comer, sino que aprovechan los granos que han quedado en los terrenos. En cambio, si las tierras están labradas o ha llovido, concretamente a partir de los meses de octubre o noviembre, sí que buscan alimento en el casco urbano por la falta de provisiones en la zona rural".

Las más jóvenes pican más

Llorenç Mayol, perfecto conocedor de la vida y costumbres de estas aves, remarca con cierta lógica que "las que más pican el anzuelo son las más jóvenes debido a su inexperiencia; en cambio, las adultas y viejas, más veteranas, caen en la trampa en menor número".

Apunta además que la solución para coger a las palomas y así controlar de nuevo las colonias excesivas es relativamente sencilla: el truco estaría en cerrar todas las ventanas de una casa vieja o abandonada para dejar solamente una abierta. "Cuando las aves están dentro, se cierra esta última y quedan todas atrapadas en el interior".

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