El Teatre Principal de Inca es un centenario edificio que se encuentra prácticamente en ruinas. Comenzaron las obras de rehabilitación, pero un desacuerdo con la empresa que debía llevarlas a cabo -quería cobrar más- las paralizó dejando el lugar como un campo de batalla. Los vecinos de Inca hacen chistes e incluso, servidor de ustedes se ha cruzado una apuesta con el alcalde Virgilio Moreno. Nos hemos apostado una paella de langosta. Y el objeto de la apuesta es la fecha de finalización de las obras del emblemático edificio. Le aposté que el 1 de junio de 2019 a las 13 horas las obras no habrán finalizado. En caso contrario me comprometí a invitarle a comer el anteriormente mencionado plato. Mientras corre el tiempo los chicos se entretienen y como el palo de la bandera aún queda en pie juegan a ensartar neumáticos de bicicleta.
Hay casos en los que realmente no se entiende la diferenciación de funciones en razón del sexo. El que ocupa arriba es uno de ellos pues tanto un hombre como una mujer pueden recoger una jarra y entregarla a otra persona. Donde la vuelta de tuerca parece que pasa de rosca es en algunas actitudes que se ven en otros lugares, no en Santa Margalida, en los que la mujer quiere hacer papeles de hombre. Como en el teatro griego donde los papeles de mujer debían ser representados por hombres. En aras de la igualdad propongo (en broma, que conste) que el año próximo los muchachos de 18 años también puedan ser elegidos para representar a la Beata.
El protocolo de la fiesta del Sol Post de Sencelles dice que todos deben vestir de blanco. El alcalde vestía de blanco, pero sería preciso diseñar un uniforme de ese color para los policías, porque eran los únicos de azul.
