Caía el sol a plomo ayer, alrededor de la una de la tarde cuando la tradicional procesión de la Triennal del Sant Crist de Alcúdia asomaba por la puerta de la iglesia parroquial. Como cada tres años la ciudad celebró su emotivo desfile religioso con gran devoción y participación, tanto de ciudadanos, como de personas que se desplazaron desde otros municipios para venerar la imagen del Cristo.

Al margen de la gente que desfiló hubo también muchas de personas: turistas y visitantes que observaron la manifestación popular desde los lados de las calles por las que discurrió.

Esta procesión rememora el milagro del Sant Crist, que, según la tradición sudó sangre y agua el 24 de febrero de 1507.

Ayer, pesar celebrarse en martes; fuentes de la parroquia y municipales, cifraron la participación en más de 4.000 personas.

La presidencia

El obispo de Mallorca, Xavier Salinas, presidió la Triennal de este año, desfilando detrás de la venerada talla y de un buen número de sacerdotes que asistieron al evento. La Presidenta de la CAIB, Francina Armengol, cerró la procesión acompañando al alcalde, Antoni Mir y a otras autoridades.

El acontecimiento religioso y tradicional que rememora el milagro del Sant Crist, y que se celebra cada tres años, es para los alcudiencs uno de los momentos más importantes de la vida como ciudadanos pues forma parte de su historia y tradición.

La solemne concelebración de la Eucaristía fue presidida el obispo de Mallorca, acompañado del párroco de Alcúdia Pere Bestard, el vicario Felip Diez, así como sacerdotes nacidos en Alcúdia que tal día como ayer se dan cita en este acontecimiento.

El inicio

Con el apoyo a los cantos de la Coral Ciutat de Alcúdia, y a continuación con las palabras de mosén Bartomeu Suau, se inició la procesión tras el oficio mayor. Encabezaba la misma el estandarte de la parroquia de Sant Jaume seguido por la banda de cornetas y tambores de la cofradía de Crist Rei de Inca, especialmente invitada, tras ella miles de penitentes y ciudadanos seguían el recorrido formando dos filas a cada lado de la calle. Muchos de ellos iban descalzos y otros con los brazos en cruz. Tras ellos desfilaron los cofrades del Sant Crist con sus túnicas blancas y verdes. A continuación iban los sacerdotes, hijos de Alcúdia, que se turnaron para portar la venerada imagen; les seguía el cuerpo de la Policía local, con traje de gala, y las autoridades y representantes de las Instituciones. Cerraba la procesión la banda municipal de música de Alcúdia. Durante más de dos horas recorrió las calles del centro para finalizar en la parroquia donde se celebró la veneración a la Santa Imagen, y el canto del tedéum.

El ayuntamiento habilitó un espacio con sombra en la plaza de la Constitución para las personas mayores o con poca movilidad desde donde pudieron venerar la imagen que les acercaron expresamente.