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Memoria histórica

La lista del terror de la Guerra Civil

Un conocido vecino de Manacor halla en una tienda de libros antiguos de Palma 16 páginas manuscritas con alrededor de 1.200 nombres de personas asesinadas en Mallorca

La lista del terror de la Guerra Civil

"Enseguida supe que aquellas ocho hojas aportaban una valiosa información". Así se expresa Rafel Perelló, un conocido vecino de Manacor que hace poco tiempo encontró un singular listado en una tienda de libros antiguos de Palma, ubicada en la plaza de Santa Eulàlia. Este residente en la capital del Llevant, pintor, músico e investigador de la cultura popular, declina cualquier protagonismo. Aunque confía en que el listado descubierto pueda contribuir a hacer memoria histórica, ayudar a familias y a los procesos de exhumaciones de fosas. Evidentemente, también puede contribuir a arrojar más luz sobre el conflicto bélico.

El listado estuvo en manos de mosén Baltasar Morey Carbonell (Palma, 1924-2013), según ha sabido Diario de Mallorca. Las ocho hojas fueron descubiertas entre los libros y legajos de documentación diversa de segunda mano, que pertenecieron al mencionado presbítero.

Se desconoce si fue el sacerdote quien elaboró esta relación de víctimas de la represión o si es obra de otra persona y que llegó a las manos de Morey, un cura que a lo largo de su vida mostró un gran interés por la historia y la investigación. Lo prueba el hecho de que es el autor de numerosos libros sobre relacionados con el devenir de la Iglesia mallorquina.

Los especialistas a quienes se ha mostrado, y a falta de un estudio más profundo, señalan que podría tratarse de un trabajo de campo basado en la memoria oral, en los testimonios de personas que tuvieron conocimiento de los hechos. Hay indicios que apuntan en este sentido. Por ejemplo, a veces se habla de un "Dionisio, carabinero" de Andratx o de "Gil", con la misma profesión, en Alcúdia. Se supone que serían personas de paso en el municipio por razones de destino de los que se tienen pocos datos. En este mismo sentido se podría entender la masiva presencia de apodos -malnoms-, que difícilmente aparecerían en la documentación oficial a la que hayan tenido acceso unos historiadores.

También queda constancia de muchos de los oficios de los asesinados, entre otros detalles, como por ejemplo suicidios.

El listado merece un estudio profundo, según expertos en memoria histórica que lo han visto, puesto que, comparando nombres con otros registros y publicaciones como el Diccionari Vermell de Llorenç Capellà, surgen algunas confusiones de apellidos y localidades. Tampoco coinciden determinados números (sumas de personas pueblo por pueblo, etc). No obstante, reconocen que es fiable y, lo que es más importante, se constata que aporta nuevos nombres de los que en ocasiones se tenía alguna referencia oral, pero nunca se había visto escrito en un papel.

El documento aparece cuando se cumplen 80 años del golpe y el desembarco de Bayo en Mallorca, en agosto, sigue muy presente en la memoria de las personas mayores. Coincide también con la apuesta del Govern de fomentar la exhumación de fosas, comenzando por la de Porreres.

Las hojas cuadriculadas en posesión de Baltasar Morey Carbonell llevan este titular: Guerra Civil. Víctimes y assessinats [sic]. En la primera página aparece una relación con el número de víctimas municipio a municipio, aunque luego se descubren algunos desajustes con el listado. Hay 21 nombres de Alaró; Alcúdia, ocho; Algaida, 21; Andratx, 34; Artà, 20; Binissalem, doce; Búger, diez; Bunyola, uno; Calvià, 29; Campanet, siete (y dos pollencins); Campos, 18; Capdepera, 16 (uno entre interrogantes); Consell, cinco; Costitx, tres (uno entre interrogantes); Esporles, 18 (uno con interrogante); Felanitx, 19; Fornalutx, doce; Inca, 22 (más un interrogante); Lloret, cuatro; Lloseta, tres; Llubí, seis; Llucmajor, 48; Manacor, 106; Mancor, cinco; Santa Maria, ocho; Maria, diez; Marratxí, doce; Montuïri, 22; Muro, dos; Palma, 129 (más un interrogante); Petra, siete; Pollença, 22; Porreres, 36; Puigpunyent, cuatro; sa Pobla, seis; Sencelles, 24; Sant Joan, cinco; Sant Llorenç, 15; Santa Eugènia, ocho; Santa Margalida, dos; Santanyí, seis; Selva, seis; ses Salines, uno; Sineu, tres; Sóller, 18; Son Carrió, cinco; Son Servera, 56; Vilafranca, cinco; Caimari, tres; Pina, seis, y Coll-s´Arenal-ses Cadenes, 13.

Los datos evidencian lo dura que fue la masacre en las zonas próximas al lugar del desembarco de Bayo, Manacor y Son Servera.

El documento pretende ser tan exhaustivo que, además de la variable del municipio, introduce otros parámetros: De fora Mallorca i d´indret desconegut, 264 (más un interrogante). Al desembarc, cuatro. Muertos A la península, once. Dels vaixells, once (en supuesta referencia al J.J. Síster, un barco que quedó en zona republicana pero fue atrapado por la Armada rebelde).

El listado se cierra con la clasificación Mallorquins nacionals morts: Soldados, 94; legionarios, 19; falangistas, nueve; marinos, siete; reclutas, uno; flechas, siete; automovilistas, cinco; guardias civiles, dos; voluntarios, dos; paisanos, cuatro; cabos, 15; sargentos, once; brigadas, uno; alféreces, 22; alf. capellanes, uno; tenientes, 14; capitanes, 16; comandantes, ocho, tenientes coroneles, dos y generales, uno.

El total de este apartado es de 241 y, al contrario de lo que ocurre con los republicanos, no cita un solo nombre. La cifra es relativamente baja por lo que solo cabe suponer que se trata de un dato referido a las primeras semanas del conflicto.

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