El equipo de gobierno de Pollença y el principal grupo de la oposición volvieron a enzarzarse ayer en una disputa política, esta vez relacionada con los fuegos artificiales que el domingo pusieron fin a las fiestas de la Mare de Déu del Carme del Port de Pollença.

Tots per Pollença, grupo liderado por el exalcalde Tomeu Cifre, denunció que el Ayuntamiento redujo el espectáculo pirotécnico "a la mínima expresión permitida" porque "no disponía de autorización de la delegación del gobierno", por lo que "quedaron totalmente deslucidos". Cifre añadió leña al fuego al afirmar que en los últimos años los fuegos artificiales "se habían transformado en un importante reclamo turístico" que el domingo quedó "deslucido" por la "inoperancia" del gobierno local de Junts Avançam y UMP.

El partido mayoritario de la oposición explicó que el proceso de licitación, con un presupuesto de 36.000 euros, reclamaba un "espectáculo exclusivo y singular" que tuviese la "magnificencia y la solemnidad que el público espera en el cierre de las fiestas". No obstante, Tots per Pollença asegura que el Ayuntamiento "no tuvo en cuenta" que debían solicitar un permiso a la delegación del gobierno si se empleaban más de 50 kilos de mezcla explosiva.

Además, esta formación se pregunta "qué pasará ahora" con el dinero que el Ayuntamiento tiene que pagar a la empresa adjudicataria "por unos fuegos que no pudieron realizarse". "Una vez más los contribuyentes salimos perdiendo porque el gobierno local no es capaz de administrar correctamente la hacienda pública".

Sin embargo, el alcalde de Pollença, Miquel Àngel March (Junts Avançam) desmintió después la denuncia de Tots per Pollença y aseguró que "por primera vez los fuegos artificiales se han realizado cumpliendo estrictamente la ley y con una licitación abierta, no con una adjudicación directa y sin fraccionamiento".

March garantizó que los fuegos se celebraron con todos los permisos que corresponden de acuerdon con la normativa. Añadió que la adjudicación ha costado finalmente 16.000 euros por los fuegos del Moll, Pollença y la Cala y recordó que en 2011 el entonces alcalde Tomeu Cifre suspendió el espectáculo por "decisión política".