Hace más de una década que el debate sobre la urbanización de Son Mas, en la calle Solleric de Alaró, está abierto en el municipio, llegándose a crear una plataforma ciudadana con el objetivo de defender sus intereses ante el proyecto de construcción de una urbanización delante de sus casas. El pasado jueves, tras el inicio de las obras, se reunieron varios vecinos con la alcaldesa local, Aina Munar y el regidor de Urbanismo, Guillem Balboa, quien les dijo que les daría respuestas en otra reunión convocada para el 9 de agosto.
Miembros de la plataforma vecinas aseguran que estas obras no se ajustan al proyecto que se había acordado, lo que significa que la nueva construcción se levantará donde ahora se sitúa una pared de piedra.
Los vecinos habían pedido al Ayuntamiento, que durante estos años ha ido mediando entre los vecinos y la promotora, para que se hicieran las excavaciones precisas para que las viviendas y el nuevo aparcamiento que está previsto se construyan, estén a pie de calle y no a una altura de más de medio metro, evitando encontrarse con un muro al salir de sus viviendas.
Ahora, los vecinos se lamentan de que con este proyecto las construcciones les taparán las vistas.
Además, uno de los problemas que atemoriza a los vecinos de Son Mas es el sistema de la red de aguas pluviales, que, según manifiestan los portavoces de la plataforma vecinal, no reúne todas las condiciones de seguridad.
Ello preocupa a estos vecinos, quienes aun recuerdan aquel 12 de septiembre de 2006, cuando una fuerte tormenta inundó la vía y causó serios daños materiales, además de provocar la muerte de una persona.
"La gente de esta calle vive angustiada sabiendo que en cualquier momento puede volver a producirse una tormenta similar", afirman desde la plataforma de afectados. Tienen hasta el 22 de julio para presentar alegaciones contra este proyecto, lo cual van a hacer no sin antes recoger el número máximo de firmas contra el mismo.
Patrimonio histórico
Con tal escrito, critican la forma con la que se han llevado a cabo las gestiones; la falta de información que han sentido por parte de los diferentes grupos políticos que han gobernado en el Consistorio municipal durante estos años y el silencio por parte de las diferentes instituciones públicas.
Los miembros de esta plataforma vecinal aseguran "no sentirse ciudadanos, sino súbditos", ya que nunca se les ha tenido en cuenta ni atendido las propuestas presentadas. Se lamentan de que con la construcción de esta urbanización se pierde un elemento del patrimonio histórico (antiguo camino de L'Almedrà) y paisajístico del municipio, ya que es uno de los caminos de acceso al Castillo de Alaró; una urbanización que dejará de ser un elemento bien integrado en la Serra de Tramuntana.
Sin embargo, añaden que tras la presentación de estas alegaciones van a seguir en su "lucha"; pues sostienen que "el progreso urbanístico no está en destruir para crear, sino que se puede hacer progreso sin tener que deshacer algo valioso". En este sentido, critican "las aspiraciones especulativas e innecesarias del urbanismo desbocado que se extiende en nuestro país".
Lamentan además no haber tenido mayor apoyo por alguna de las diferentes asociaciones progresistas, histórico-culturales o del campo.
