La estampa de Porreres durante los meses de verano ha ido cambiando en los últimos años. Gran parte de culpa la tienen las 900 plazas de alquiler vacacional con que cuenta el municipio del Pla de Mallorca.

Cuando más se nota este efecto es durante las tardes y noches de los fines de semana, en la zona de la plaza de la Vila y avenida Bisbe Campins, donde se concentran una gran cantidad de estos visitantes que se unen a los residentes habituales para cenar y participar de los distintos conciertos que organizan los otros tantos bares y restaurantes de la zona.

La oferta también se amplía al resto de restaurantes del casco urbano. Sin ir más lejos este fin de semana hubo actuaciones en la zona del Molí den Negre, el Parc

de n'Hereveta y la avenida Bisbe Campins.