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Tragedia

70 años del hundimiento del C-4

El 27 de junio del año 1946 se produjo una grave tragedia en aguas de Mallorca cuando la tripulación de un submarino de la Armada Española murió al hundirse la embarcación a 15 millas náuticas de Sóller

El accidente se produjo durante unas maniobras rutinarias que se realizaron en aguas de la costa norte de la Serra.

El 27 de junio 1946, hace ahora setenta años, se produjo una grave tragedia en aguas de Mallorca cuando la tripulación de un submarino de la Armada Española murió al hundirse la embarcación. La historia del fatal desenlace del sumergible C4 sumergible C4ocurrió a 15 millas náuticas del Port de Sóller.

El accidente se produjo durante unas maniobras rutinarias que se realizaron en aguas de la costa norte de la Serra. Tomaron parte en ellas los destructores Alcalá, Galiano, Churruca y Lepanto, participando los submarinos General Sanjurjo, C-2 y C-4.

Estos últimos habían zarpado de la base naval de Sóller a las 8 de la mañana de aquel fatídico día, dirigiéndose a ocupar las posiciones asignadas, a unas 15 millas de la costa. Mientras los destructores, procedentes de Palma, aparecieron en la zona hacia el mediodía.

Lanzamiento simulado

En torno a las 2 de la tarde, la flotilla de destructores navegaba a 14 nudos de velocidad, en el orden antes mencionado y formada en línea de marcaje de 40 grados por babor y con intervalo de 300 metros.

En esos precisos momentos el C-4 realizó un lanzamiento simulado de torpedo contra uno de los dos destructores que navegaban al frente de la formación, emergiendo a continuación para comunicar el resultado de su ataque. Pero lo hizo con tan mala fortuna que apareció sobre la superficie del agua justo al frente del Lepanto, que cerraba la formación.

El destructor no pudo hacer nada para esquivarlo, abordándolo directamente entre la torreta de mando y el cañón. A resultas del terrible impacto, el C-4 pasó rodando bajo el pantoque del destructor, hundiéndose a continuación para siempre en las profundidades.

A consecuencia del abordaje, el Lepanto tuvo una vía de agua, por lo que comenzó a escorar y hundirse por la proa, por lo que tuvo que dirigirse inmediatamente a Sóller escoltado por Churruca para evitar acabar como el submarino.

El terrible accidente se llevó por delante la vida de los 44 tripulantes del submarino.

Mientras tanto, el Alcalá Galiano permaneció en el lugar del hundimiento, recogiendo solo los restos de una silla, a la vez que conseguía comunicar con el C-2 para indicarle lo que había pasado e izar la señal de suspensión ejercicio práctico.

El terrible accidente se llevó por delante la vida de los 44 tripulantes del submarino, incluido su comandante, el capitán de corbeta Francisco Reina Carvajal, que había tomado el mando del buque el 20 de abril anterior.

Hipótesis más verosímil

Aunque nunca se sabrá exactamente la causa del accidente, la hipótesis más verosímil apunta a que el comandante del C-4, al observar por el periscopio, interpretó erróneamente que los destructores navegaban en línea de fila y no de marcado, es decir, escalonados, emergiendo con fatales consecuencias que le llevaron a impactar inexorablemente con el destructor Lepanto.

A pesar de la tragedia, los ejercicios continuaron con el calendario previsto y, a su finalización, los barcos participantes volvieron a sus bases habituales.

Aunque no sin congregarse antes, el 6 de julio, en el lugar del hundimiento para celebrar un nuevo y emotivo acto de despedida durante el cual se lanzaron varias cruces hechas con flores sobre la tumba submarina del C-4 y sus hombres.

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