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Lanzadera en es Trenc

Tiempo para regular usuarios y frecuencias

La primera toma de contacto con el servicio de minibuses entre sa Ràpita y ses Covetes constata su fluidez aunque deba mejorarse la información

La familia alemana de Maya, en el segundo lanzadera. s. sansó

"Primero hay que ver cuánta gente necesita y utiliza el servicio, cada cuánto tiempo y a qué horas para poder ir mejorándolo", decía ayer Antoni Bosch, uno de los técnicos de Transports del Govern desplazado a ses Covetes para comprobar de primera mano cómo iba transcurriendo el primer día de servicio de los minibuses lanzadera.

Él, junto a dos miembros de la empresa propietaria de los vehículos y un agente de la Policía Local de Campos, hablaban sobre las posibilidades de la iniciativa autonómica para paliar el caos circulatorio en que se convierte ses Covetes cada verano, tras el cierre de los aparcamientos ilegales a finales de la temporada 2014.

"Se necesita un poco de tiempo para ir viendo las cosas. Por ejemplo, si cada quince minutos debe partir un bus, pero vemos que en esos momentos no hay ningún usuario, entonces el conductor avisará al otro por radio para coordinarse y esperar". Sin embargo a partir de las once la afluencia fue mayor y se lograron completar las plazas de muchos de los buses habilitados.

Pero el camino de acceso a ses Covetes no es de rosas. Es por tiempos estrecho y la habilitación de zona ORA convierte la 'caza' de una plaza libre en una especie de competición para situar el coche lo más cerca de la playa. Eso afecta la movilidad de los buses (dos más pequeños que el tercero, de 29 plazas), que deben estar muy atentos a los cruces.

Stefano, italiano (de gris) bajaba a las 10.45. S. SANSÓ

En principio, tal y cómo lo hicieron ayer, los buses deberán dar la vuelta marcha atrás en la calle des Freu, donde la Policía había colocado ayer varios discos de prohibido aparcar a los turismos, para facilitar las maniobras del transporte público.

Los primeros turistas

Sobre las diez y veinte de la mañana, la alemana Maya, su marido y sus dos hijos eran los únicos en bajar del minibus: "Me parece un buen servicio. Venimos desde Palma y hemos hecho transbordo gratis". Stefano, italiano, descendía del siguiente, con once personas en su interior: "Es una iniciativa que puede ser muy positiva para evitar tanto coche". Lo que sí se echó en falta es una mayor información sobre las opciones de precios y ORA en sa Ràpita.

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