El malestar de muchos funcionarios seguía predominando ayer el ambiente del ayuntamiento de Sóller un día después de que el equipo de gobierno municipal aprobara un decreto con el que se modifica el sueldo de trabajadores con la puesta y retirada de pluses de productividad. El alcalde de Sóller, Jaume Servera, señaló que "a pesar del descontento, creo que ha sido una decisión equitativa y justa".

Servera reconoció que la aprobación de los cambios generaría disconformidad, algo que ayer era visible dentro del ayuntamiento. Al respecto, el alcalde señalo que "lo habremos hechos con mayor o menor acierto, pero lo que hemos ido a buscar es la equiparación de los trabajadores".

En este sentido explicó que "nuestra voluntad es la de hacer un gran cambio" y que las modificaciones de los puestos de trabajo se repetirán en futuros ejercicios. Servera negó las acusaciones del PP asegurando que "no hemos favorecido a nadie" y replicó a Carlos Simarro de que "tendríamos que ver quien ha favorecido más a quien".

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Por otro lado, varios funcionarios municipales están a la espera de la aprobación de los presupuestos municipales para impugnar el nuevo organigrama del ayuntamiento que lleva aparejado la puesta en práctica la reestructuración aprobada por decreto. Los funcionarios más molestos aseguran que los cambios salariales se han realizado de forma "arbitraria" generando "agravios comparativos" entre trabajadores. Algunos de ellos piensan recurrir a la vía judicial.