"Coloca en tu balcón una bandera negra en contra del turista que no respeta s'Arenal". Así promociona la Asociación de Vecinos Amics de s'Arenal la nueva campaña que reivindica "turismo cívico". La iniciativa es de la mencionada asociación y de Antonio Ojeda. Todo ello constata el malestar existente en la localidad.

Ayer mismo ya se pudieron ver las primeras banderas negras en viviendas particulares y pisos.

Diario de Mallorca informó en su edición del pasado día 22 que los vecinos reclaman que se frene el "desmadre" de las fiestas de fin de curso. Proliferan las quejas por suciedad, botellones y exceso de ruido justo antes de que el ayuntamiento de Llucmajor apruebe la nueva ordenanza cívica. Preocupa seriamente la degradación y mala imagen del destino turístico.

Especialmente la Asociación de Vecinos Amics de s'Arenal y la Agrupación Ciudadana Ciutat de s'Arenal han advertido este junio del inicio de la temporada alta y los "excesos" habituales de consumo de alcohol, suciedad y ruidos, principalmente por parte de jóvenes.

Precisamente este mes, el consistorio ha repartido miles de trípticos para dar la bienvenida a los turistas pero también para reclamarles civismo, recordando que no está permitido el consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos ni en playas, tampoco los ruidos a partir de medianoche.

No obstante, si desde hace muchos años el mes de junio registra los problemas ya típicos de botellones, suciedad y ruidos, además de incidentes puntuales, no se ha conseguido resolver tampoco este 2016. Y muchos residentes afectados están hartos de la situación.

El equipo de gobierno del consistorio llucmajorer, integrado por Més, El Pi y PSOE, reconoce que "no hemos sabido ni podido frenar el descontrol de las fiestas, ruidos, suciedad y botellones, sobre todo durante quince días de este junio". Por ello pide perdón "por las molestias ocasionadas". Hoy hay pleno del Ayuntamiento y todavía no se podrá aprobar la nueva ordenanza cívica puesto que debe procederse antes a unas modificaciones de carácter técnico. Al tener que exponerse públicamente, todo apunta a que no podrá aplicarse como mínimo hasta agosto. Dicha ordenanza incluirá sanciones leves de 50 a 200 euros; graves, de 200 a 400, y muy graves, de 400 a 600. Se ataca orinar o defecar en espacios públicos, no recoger los excrementos de perro, balconing, ruidos, ensuciar, botellones, etc.

El Ayuntamiento espera que "lo más complicado" ya haya pasado (en relación a las fiestas de fin de curso de jóvenes de cada mes de junio). En cualquier caso, pide civismo a la ciudadanía y también mayor implicación a los hoteleros. Confía en los efectivos de la Policía Local y en una buena coordinación con la Guardia Civil.