El Ayuntamiento de Inca está estudiando la mejor solución para adquirir en propiedad el estadio del Camp Nou. Baraja dos opciones posibles: la compra de todos los títulos que están en manos privadas o la expropiación.
Ambas operaciones presentan problemas. El estadio se encuentra en un solar calificado urbanísticamente como equipamiento privado. Para que el Ayuntamiento lo adquiera debe convertirse en equipamiento público.
La expropiación de los terrenos podría ocasionar un coste inasumible para las arcas municipales pues en estos momentos las acciones se valoran aproximadamente en unos 13.000 euros, y si se tuviera que acudir al tribunal de expropiación, la posible revalorización de las mismas incrementaría enormemente el coste.
Por ese motivo, recalificar los terrenos antes de tener una certeza de compra significaría para el Ayuntamiento ponerse en un serio aprieto, pues cualquier propietario podría negarse a vender e instar la expropiación.
Por otra parte, la compra de las acciones individualmente representa otro problema. Éste radica en que existen aproximadamente unos 130 de títulos de los que no se conoce quien es el titular. Si el Ayuntamiento negociase una adquisición y en algún momento surge uno de estos propietarios ocultos podría instar una acción de división ante el juzgado y dar al traste con toda la operación.
Censo
Ante esta situación, la actual junta de propietarios, ha emprendido una actuación encaminada a elaborar un censo que determine la totalidad de los títulos y su poseedor. Pere Rotger, presidente de dicha junta explica que "los miembros de la directiva vamos a adelantar dinero de nuestro bolsillo para llevar a cabo este censo puesto que la única viabilidad que tiene esta propiedad es venderla al Ayuntamiento. Si no corremos el riesgo que ocurra algo parecido a lo que ha pasado con el Lluís Sitjar en Palma, y esto se convierta en una ruina donde campen las ratas". Rotger agrega que "no nos queda otra que colaborar porque a la larga la situación llegaría a costar dinero a los propietarios".
Pere Rotger propone al Ayuntamiento una solución intermedia. "Lo que pensamos que podría ser factible es que el consistorio adquiera los títulos de propiedad conocidos, a un precio pactado, y que después inicie un proceso de expropiación por el resto de la propiedad".
Todo esto deriva de la última asamblea de propietarios en la que se acordó la cesión del uso del campo al CE Constància por 20 años. En esa asamblea se emitieron 100 votos a favor, 2 abstenciones y 46 votos en contra. Los votos en contra pertenecen a propietarios que indicaron que querían vender sus acciones. No han impugnado el resultado de la votación merced al compromiso del alcalde, Virgilio Moreno, a que en el plazo de un año se producirá una oferta por parte del consistorio.
